Su primera entrevista la concedió para el programa “C7 Entre Semana” que conduzco en Canal 7. “Estoy un poco nervioso, es la primera vez que me entrevistan…”, confesó  momentos antes de iniciar la grabación del programa, con su característica amplia sonrisa en su largo rostro, aquel lunes 20 de enero pasado.
Pedro Kumamoto batalló para llegar a tiempo al deforme edificio de la avenida México y la calle Francisco Rojas González que alberga a la televisora pública, pues de visita en Palacio Legislativo el cierre de las calles del centro por una manifestación lo atrapó e impidió poder tomar su vehículo que descansaba en el estacionamiento de la Plaza de la Liberación.
Comprometido a llegar a tiempo, le bastó avisarme telefónicamente que iba en camino mientras tomaba una de las biciletas de “Mi Bici” que dejó en la estación más cercana a la televisora y de ahí a grabar el programa que se transmitió ese mismo día a las 18:00 horas. Al salir del inmueble, apenado me pidió un “ride” a la glorieta de la Galería del Calzado donde se quedó de ver con su padre.
Kumamoto acababa de anunciar su aspiración a ser candidato independiente a diputado local por el Distrito 10 y debía darse a la tarea de recabar alrededor de 7 mil 200 firmas necesarias para lograr la candidatura. Logró la meta y comenzó a recorrer como candidato independiente el nada fácil camino que lo llevara el siete de junio a su destino: Hidalgo 222, en cuyas puertas arrancó el cinco de abril  su campaña y donde sentenció con la siguiente cita:
“Vivimos en un país de secuestros. Primero secuestraron nuestra bandera y la hicieron partido; luego, secuestraron nuestra esperanza, le pusieron bigote, botas y nos abandonaron. Ahora, secuestran nuestra identidad y le quieren dar un color: naranja, verde, amarillo. Eso es corrupción, secuestrar la democracia de la gente”.
El domingo pasado Pedro Kumamoto se convirtió en el primer diputado independiente al obtener el 39 por ciento de la votación, con lo que no sólo le arrebató al PAN el bastión que mantuvo en su poder a lo largo de 20 años sino que se impuso al apellido Alfaro al derrotar a Margarita, prima de Enrique Alfaro, candidato ganador de la elección por la presidencia municipal de Guadalajara.
A partir de entonces el apellido Kumamoto se convirtió en uno de los más mencionados en la esfera política no sólo estatal y nacional, sino internacional, pues las páginas del diario español El País le dieron cabida con amplias notas sobre su candidatura y su triunfo. Desde el domingo pasado Pedro, joven de 25 años, vive y disfruta su gran momento, consciente de que como muy pocos ya hizo historia en la política jalisciense y mexicana.
Eufórico se hace ya ocupando una de las curules del recinto legislativo donde, incluso, los diputados que le anteceden le dejarán la “mesa puesta” para que legalmente pueda presidir una Comisión Legislativa, se integre a otras tres con voz y voto y además sea parte de la Junta de Coordinación Política.
A partir del lunes la agenda de Pedro Kumamoto está atestada de citas para entrevistas aquí, allá y acullá. Vive su momento y hace bien. Es optimista y dibuja verbalmente el trabajo que se ha empeñado en hacer en una Legislatura que, como las anteriores, prometerá ser mejor que la que les antecedió. Y ahí estará el joven diputado independiente como protagonista.
Pero mientras ese momento llega, hoy asegura: “Mi voto será decisivo…”; “Yo seré la bisagra del Legislativo…”; “No seré aliado de ningún partido político…”; “No me dejaré coptar por ningún partido…”. Incluso, en una entrevista con Milenio lanza una advertencia a las fracciones de seis partidos políticos que lo acompañarán en el Congreso al enumerar lo que está decidido a hacer:

“Establecer una agenda que le quite poder a los partidos políticos y dar mayor poder a las personas; reglamentar las figuras como el plebiscito, el referéndum y la consulta popular; y proponer que la iniciativa #3de3 se convierta en ley…”.
Sin duda, Pedro Kumamoto se muestra muy optimista y dispuesto a trabajar como candidato independiente aun contra la inercia de los partidos políticos y por encima de sus intereses.
Pero sólo habrá que recordarle que él será solamente uno entre 38 diputados que representan a seis fracciones de igual número de partidos políticos, que si bien están obligados a modificar su comportamiento y tratar de dejar atrás la mala fama que persigue a los legisladores, difícilmente le despejarán el camino a un joven de 25 años que, dígase lo que se diga, enfrentará el riesgo de sucumbir a las reglas impuestas por el actual sistema político que no fue capaz de romper ni siquiera, como él dijo, “la esperanza que le pusieron bigotes, botas…”, en clara referencia a quien sacó  al PRI “a patadas de Los Pinos”: Vicente Fox Quezada, el primer presidente de la República del PAN.
Por eso vale la pena mantener en la mente la figura fresca de este joven soñador, impetuoso, con el mejor propósito para cambiar las cosas, y compararlo con el diputado que verá pasar el tiempo y muchas cosas más desde una curul que es capaz de transformar a un ángel en un verdadero diablo.
Recordemos al Pedro Kumamoto del 2015 y comparémoslo con el que será y veremos en el 2018. Si logra sobrevevir al peso del sistema, estaremos entonces hablando de otra cosa, de un nuevo fenómeno público. Al tiempo.