El pasado 20 de febrero Alfonso Romo, coordinador del Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador, declaró a Bloomberg que las reformas constitucionales en materia energética era benéfica para el país y que de llegar el tabasqueño a la presidencia de la República ninguna compañía sería nacionalizada.
Dos días después el escritor y fundador de Morena, Paco Ignacio Taibo II, arremetió en contra de Romo ante la agrupación “Para Leer en Libertad”: “Que yo recuerde, en el último Congreso y en los dos consejos nacionales de Morena se ratificó plenamente el ‘hay que echar abajo la reforma energética’, y esa demanda es nuestra, no solo de Andrés (…). Hay que preguntarle a Romo a quién le habla y a quién le habla al oído…”.
Desde hace ya varios meses, López Obrador en lo personal o a través de la dirigente nacional de Morena, Yeidkol Polevnsky,  ha criticado duramente a Enrique Alfaro Ramírez, candidato del partido Movimiento Ciudadano. Aquí en Jalisco ambos lo han calificado de traidor y el candidato presidencial ha confesado que le sería incómodo gobernar el país si el jalisciense gobierna el estado.
Con sus dichos, López Obrador ha dado muestras fehacientes de su rompimiento con Alfaro. De hecho, Alfaro es el único candidato a gobernador -de todos los que contienden postulados por varios partidos en los estados donde se renovará al titular del Ejecutivo estatal- que es fuertemente criticado por Andrés Manuel.
Sin embargo, anteayer martes Alfonso Romo le aseguró al diario El Informador -en una entrevista publicada ayer-, que el pleito entre AMLO y Alfaro ha sido solamente electoral. Así publicó textualmente el matutino lo dicho por el empresario regiomontano: “Ahorita en la campaña todo mundo se crispa. Vamos a gobernar con todos y más con Jalisco, un estado tan fuerte, importante, tan pujante y no podemos pelearnos (…). Una cosa es el calor de las contiendas y otra cosa es cuando te sientas con la responsabilidad del puesto…”.
Con sus declaraciones, Romo viene a Jalisco y hace quedar en ridículo a López Obrador y a Polevnsky, pues mientras Andrés Manuel critica y arremete contra Alfaro, al llamarlo “traidorzuelo” en su visita a Tlajomulco y quién sabe cuántas cosas más ha dcho en su contra, Alfonso lo alaba y lo coloca “en las nubes”. Declaró: “Creo que si (Alfaro) gana la elección va a ser un super gobernador, como ha sido un buen presidente municipal (…). Tener gente como Alfaro va a facilitar gobernar…”.
Por supuesto que las palabras de Alfonso Romo cayeron como “bomba” y “balde de agua helada” en el “cuarto de guerra” de Carlos Lomelí y llegaron a oídos de López Obrador, tanto, que lo obligaron a recurrir a una extraña estrategia que no ha utilizado ni para su campaña ni para la de cualquiera otra por alguna de las gubernaturas en juego: aprovechar como pretexto la encuesta del Grupo Reforma para enviar un mensaje a los jaliscienses con una severa y fuerte crítica a Enrique Alfaro… ¡desde Oaxaca!
Horas después de difundida la declaración de Alfonso Romo, poco antes del mediodía, se subió a las redes sociales un video en el que Andrés Manuel augura que Alfaro no va a ganar, que es “un farsante”, que es amigo de Carlos Salinas, que lo traicionó, que le entró y se beneficio de “los moches” en la Cámara de Diputados para beneficiar a los gobiernos municipales y que no le tiene nada de confianza.
Si alguien cree que la sorpresiva declaración de AMLO y su inusitada forma de difundirla nada tiene que ver con la declaración de Romo al matutino  y sus  alabanzas a Alfaro, se equivoca, pues sabemos que en política no hay coincidencias.
Lo extraño es que Alfonso haya venido a Jalisco a contradecir a su candidato presidencial y a ponerlo en ridículo, ignorar al candidato de Morena a la gubernatura -nunca en lo publicado lo mencionó-, Carlos Lomelí, y sí, en cambio, alabar a Enrique Alfaro.
Pregunto: ¿Deveras lo hizo por iniciativa propia o simplemente vino a cumplir instrucciones?
Al tiempo.