No será tarea fácil para Clemente Castañeda ser oposición a nivel nacional -a nombre de su partido Movimiento Ciudadano- y gobierno a nivel estatal.

Las palabras que como oposición exprese frente al gobierno federal podrían ser utilizadas como referencia frente al gobierno de Enrique Alfaro Ramírez.

Clemente caminará desde el Senado y como dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano -salvo una sorpresa sería elegido hoy-, en la delgada línea entre “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.

Y es en este sentido que parte del discurso que pronunció a nombre de su bancada en el Congreso de la Unión en la sesión en la que Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente de la República, el sábado pasado, puede encajar muy bien ante el gobierno de Alfaro Ramírez que iniciará a partir del próximo jueves seis del mes, y que sin duda el hoy aún gobernador electo debe de tomar en cuenta.

Del discurso de Clemente Castañeda  como oposición en el Congreso de la Unión, podrían tomarse los siguientes párrafos -ajustados al estado entre paréntesis- por cualquier legislador de la oposición en el Congreso del Estado y dirigidos al Mandatario estatal entrante.

Los párrafos son los siguientes:

“Quizá nos falta recordar que aquí, en este Congreso de la Unión (Congreso del Estado), están representada las personas, tanto los que votaron por el Presidente (Gobernador) y su partido, como los que no lo hicieron, los que eligieron una opción distinta. Nos falta recordar que en una democracia cuentan e importan todos los votos, cuentan e importan todas las voces, incluidas las de las desilusionadas, las de las escépticas, las de los críticos, las de los que piensan diferente.

 “Y justamente por esa razón, la oposición tiene responsabilidades cruciales en la vida democrática: ser el contrapeso que defienda los derechos y el equilibrio institucional; dignificar el pluralismo político; preservar nuestra democracia y protegerla de quienes creen que a partir de su condición de mayoría pueden apoderarse de las instituciones públicas.

“El Poder Legislativo no puede ser una ventanilla de trámites, no es una oficina para atender los asuntos y encargos del Presidente (Gobernador). Es la representación de todos los mexicanos, donde se resume la pluralidad de la nación, donde se encuentra la diversidad de intereses e identidades del país, donde están representadas las minorías y donde tenemos la obligación de tomar decisiones que nos incluyan y nos representen a todas y todos.

“Giovanni Sartori decía que “quien habla de la regla de la mayoría, sin hablar de los derechos de las minorías, no promueve la democracia, sino que la sepulta”. Por eso, hoy y siempre, el Poder Legislativo debe asumir su papel de contrapeso al Poder Ejecutivo; hoy y siempre, el Poder Legislativo debe combatir cualquier proyecto de restauración de un régimen de concentración excesiva del poder; hoy y siempre, el Poder Legislativo, debe dignificar el derecho a la diferencia y el derecho al disenso.  

“Por todo ello, creemos en los ciudadanos libres. Nosotros no fraseamos al pueblo en singular, porque tan autoritario es quien dice “el Estado soy yo”, como quien piensa que “el pueblo es él”. El pueblo somos muchos, somos todos, todos los que votaron por la opción mayoritaria y los que votaron por otras alternativas. En el México de hoy el pueblo debe pronunciarse en plural, con igualdad entre hombres y mujeres y en clave democrática, por que México también es Leona Vicario, por que México también es Sor Juana Inés de la Cruz, por que México también es Josefa Ortiz de Domínguez. 

“El reto no es menor, implica construir un nuevo régimen sin permitir que las ruinas del anterior nos arrastren al pasado; implica ejercer el poder sin permitir que la soberbia nos aleje del interés común; pero sobre todo, implica encontrarnos, escucharnos y honrar el compromiso y el amor que todos tenemos por México (Jalisco)”.

Así de complicado será el papel de los emecistas-alfaristas como oposición frente al lópezobradorismo, pues siendo gobierno en Jalisco no podrán exigirle al Ejecutivo federal lo que como gobierno no haga aquí el Ejecutivo estatal, guardadas por supuesto las proporciones en la responsabilidad de uno y del otro.

Al tiempo.