Ya entendí por qué el domingo pasado el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón García, aparecieron en las redes sociales del primero portando vestimenta deportiva color negro.

Al parecer estaban de “luto”…

Y es que la criatura que en materia de seguridad pública dieron “a luz” el gobierno del Estado y ocho de los nueve Ayuntamientos metropolitanos el pasado 26 de julio con la firma del convenio para crear el Organismo Público Descentralizado (OPD) Policía Metropolitana, y que “bautizaron” los plenos de dichos gobiernos al aprobarlo en su sesión del martes 30 de dicho mes, “falleció” ayer cuando su “padrino”, el general Arturo González García, rindió protesta como su futuro “tutor”.

La misma suerte corrió la Agencia Metropolitana de Seguridad, a la que ayer le aplicaron los “santos óleos”.

Aquel 26 de julio se anunció que el miércoles 14 de agosto entraría en operación este nuevo modelo de seguridad pública con la toma de protesta del general González García como su titular, pero un día antes, nada menos que el Martes 13 -cabalístico para muchos superticiosos-, el gobernador Enrique Alfaro anunció que el acto se posponía para esta semana.

Pero en esa pauta de tiempo, sin decir “agua va” y de manera sigilosa, en lo oscurito, los creadores de la OPD Policía Metropolitana decidieron aplicarle la “eutanacia” y “sepultarlo” en la clandestinidad, para ayer martes, ante invitados especiales del gobierno federal como Alfonso Durazo, secretario de Seguridad; el Gral. Luis Crescencio Sandoval, de la Defensa; y el almirante Rafael Ojeda, de la Marina, anunciar su “fallecimiento” y la adopción de la Agencia Metropolitana de Seguridad -que desde el 6 de diciembre estaba convertida en un “elefante blanco”- para bautizarla simplemente con el nombre de Policía Metropolitana, quitándole el nombre de Organismo Púbico Descentralizado.

De esta manera, se instruyó a los Ayuntamientos metropolitanos que cancelaran el “acta de nacimiento” que firmaron aquel 26 de julio y les entregaron una nueva certificación del nacimiento de la nueva criatura que deberá de ser avalado por el pleno de sus regidores en próximas fechas.

Así, de un “plumazo” y en cuestión de pocos días -26 para ser precisos-, se creó y desapareció la figura del OPD Policía Metropolitana para dar paso -en razón de sólo 48 horas- simplemente a la Policía Metropolitana, con que se sustituirá la otrora Agencia Metropolitana de Seguridad.

A esa OPD no le dieron la oportunidad de comenzar a “gatear” y mucho menos a caminar y a que le salieran sus primeros dientes.

Un debut y despedida muy desafortunados y en plena soledad.

Ojalá y me equivoque, pero espero que ante la creación a “trompicones” de este nuevo modelo de corporación policiaca no se haga válido aquello de que “lo que mal empieza, mal termina…”.

Al tiempo.