Conforme pasa el tiempo, los hechos confirman que las actuales cúpulas empresariales de Jalisco dejan mucho que desear porque con sus decisiones y actos han deformado parte de su razón de ser, y en lugar de mantenerse como contrapesos del poder ahora no sólo son sus aliados sino hasta sus cómplices.

Es el caso del Centro Empresarial de Jalisco-Coparmex, que preside Carlos Villaseñor Franco, que al parecer decidió entregarle el Comité de Representaciones (Adquisiciones) del sindicato patronal al Grupo Financiero Mega, del empresario Guillermo Romo Romero, a quien el gobierno de Enrique Alfaro le adjudicó la licitación del programa #ATodaMáquina por más de 3 mil millones de pesos.

Y es que como lo reveló el portal Partidero, se designó en la presidencia de dicho Comité a Javier Alejandro Ballesteros Quiñonez, quien fue abogado del Grupo Financiero Mega, pero además director de la empresa Endeavor Occidente, del cual el propio Romo Romero es también presidente.

Ahora, que si el grupo Mega es ajeno a esta designación, entonces el sindicato patronal y su presidente Carlos Villaseñor “flaco” favor le hacen con esta designación y sí, en cambio, los vuelven a poner en el “candelero” público cuando aun la historia del primer escándalo en el que se vio involucrado no ha concluido.

Con esta designación de la Coparmex, se coloca a Ballesteros Quiñonez frente a un conflicto de interés en los Comités de Adquisiciones en los que participa, toda vez que presuntamente podría beneficiar a empresas cercanas o con alguna relación de amistad o de negocios con Romo Romero o, bien, ser la “llave” para que las adjudicaciones le sean entregadas a las “favoritas” del gobernador Enrique Alfaro Ramírez quien, como es sabido, mantiene una estrecha relación de amistad con el propietario del grupo Mega.

¿Cuál fue el propósito de la Coparmex al entregarle la presidencia del Comité de Representaciones (Adquisiciones) a un hombre cercano a Guillermo Romo, si existe ya el antecedente del escándalo del programa de la maquinaria pesada? ¿Qué compromisos tiene el sindicato patronal con el Grupo Financiero Mega? ¿Por qué darle una representación de esta magnitud a quien trabajó para uno de los empresarios más cercanos al gobernador Alfaro? ¿Por qué poner en riesgo los procesos de licitación que pueden ser impugnados ante el conflicto de interés del representante del sindicato patronal? ¿Por qué no honrar la responsabilidad que tiene ante la sociedad de ser un contrapeso del poder y colaborar con él cuando de beneficiar a la sociedad se trata, pero no ser aliado o cómplice para concretar intereses particulares o de grupo? ¿En qué condición se dejaría, entonces, a otras empresas concursantes que participan de buena fe?

En este caso, mucha atención deben poner la Contraloría del Estado, la Fiscalía Anticorrupción y el Comité de Participación Social, para evitar que un grupo empresarial tenga el poder de definir licitaciones a favor de intereses muy particulares, como serían los del Grupo Financiero Mega.

No es posible, pues, que los organismos privados en los que la sociedad tienen fincadas sus esperanzas de ser vigilantes del actuar de los hombres en el poder, asuman el papel de cómplices o de “bisagras” que permitan los abusos de los gobiernos en turno.

Ojalá y el presidente de Coparmex, Carlos Villaseñor, a quien el portal Partidero buscó entrevistar pero no obtuvo una respuesta positiva, recapacite sobre lo que su decisión ha provocado en detrimento del propio organismo que encabeza.

Y si no, al tiempo…