Los panistas “bajaron las manos….”.
A 24 días de que concluyan las campañas y a 28 de la jornada electoral, todo parece indicar que la suerte del PAN en la elección a la gubernatura “ya está echada”… salvo una verdadera sorpresa.
Todo parece indicar que la suerte de Fernando Guzmán Pérez Peláez está destinada a caer hasta la tercera posición en las preferencias electorales, salvo que la estructura panista deveras “se ponga las pilas” en este último tramo de las campañas para impulsar a su candidato lo suficiente, quizás no para ganar pero sí para recuperar una segunda posición que deje mejor representado al partido en el gobierno.
Lo que hemos escuchado en los últimos días de voces de panistas, que están muy lejos de ser adversarios internos de Guzmán Pérez Peláez, es que esta candidatura, que esta campaña ya no dió más, que son muchos los errores cometidos que difícilmente podrán sortearse en lo que resta de la misma y que, un factor fundamental, no existe en los hechos la unidad que se destaca en el discurso.
Pero no sólo eso. Cada vez son más los panistas que coinciden en que si no se hace algo en estas últimas semanas de campaña, es irremediable que el destino del PAN y, por ende, de Guzmán Pérez Peláez será no pasar de los 20 puntos porcentuales.
La apuesta está en el panista del resto del estado, más allá de la zona metropolitana donde la competencia está más cerrada. Las concentraciones de simpatizantes que Guzmán ha logrado en varios municipios da un aire de esperanza de que el apoyo puede venir de afuera hacia adentro, apostándole a la estructura blanquiazul, pero no todos piensan así.
Panistas de primer nivel que han tenido acceso a las encuestas que no se han hecho públicas pero que reflejan el día a día de cómo van los candidatos, aseguran que Fernando Guzmán cada vez pierde más terreno frente al puntero y comienza a rezagarse ante el candidato del Partido Movimiento Ciudadano.
Pareciera, pues, que cuando se creía que Fernando Guzmán podía “meter el acelerador” en este último tramo de la campaña, las decisiones que se tomaron en torno a reforzar al equipo de campaña con un nuevo coordinador y otros refuerzos más no fueron las más acertadas.
O al menos no se están dando los resultados esperados.