Por querer ser el ajonjolí de todos los moles, y por su ambición de poder, el grupo político que controla a la Universidad de Guadalajara, el que comanda Raúl Padilla López, se ha metido en una encrucijada de la que puede salir muy desgastado.
No obstante ser los controladores de la franquicia del PRD en Jalisco, se comprometieron de lleno a impulsar la candidatura del priista Aristóteles Sandoval a Gobernador del Estado, al mismo tiempo que participan en las elecciones internas del PAN apoyando a panistas como José María Martínez y Hernán Cortés.
Sin ser la maquina electoral que pretende ser -como lo ha demostrado con su amplísima colección de fracasos en las urnas- el Grupo UdeG tiene a su favor que políticos de todos los partidos lo buscan, como buscan al cardenal Juan Sandoval, con la esperanza de que los universitarios puedan aportar una parte de los votos para ganar las elecciones.
Pero, como a todos los dicen que sí en su afán de acumular más poder, ahora se encuentran divididos en proyectos de los tres partidos políticos más importantes, lo que los ha metido en una encrucijada que los podría hacer perder el control del PRD en Jalisco, empezar a enfrentar resistencias al interior del PRI y mantener la desconfianza y hasta el mal ánimo de la mayoría de los panistas.
En el PRD, hasta sus aliados nacionales, empiezan a demostrar el hartazgo por el abuso que Raúl Padilla y los suyos hacen de la franquicia del PRD, partido que manejan al antojo de sus intereses de grupo, no a los intereses del perredismo.
Con la candidatura de Enrique Alfaro a Gobernador de Jalisco por la coalición de las izquierdas, a la que el Grupo UdeG está siendo obligado a sumarse a través del PRD, se podría gestar por fin un movimiento estatal al interior del partido del sol azteca suficiente para arrebatarles a los padillistas el control del partido una vez pasadas las elecciones de julio de este año.
Por eso su resistencia a la coalición que encabezará Enrique Alfaro.
Por el lado del PRI las cosas también se les empiezan a complicar a los universitarios, pues su coqueteo con los panistas y su permanencia como propietarios de la franquicia del PRD ha hecho crecer la desconfianza de los priistas al Grupo UdeG, al que no alcanzan a ver como un aliado leal.
Esto explica la resistencia para que Trino Padilla López, el hermano del jefe del Grupo UdeG, pudiera aspirar en serio a las candidaturas a Gobernador de Jalisco, Alcalde de Guadalajara o Senador. En el PRI, en este 2012, los universitarios tendrá que volver a contentarse con tener diputaciones.
En el PAN, el único partido al que no han podido entrar de lleno, el Grupo UdeG apoyó al derrotado Hernán Cortés Berumen en la elección de candidato a Gobernador que ganó Fernando Guzmán Pérez Peláez, y también apoyan a otros aspirantes, como es el caso del precandidato a Senador José María Martínez Martínez.
De ganar de nueva cuenta el PAN el Gobierno de Jalisco, el Grupo UdeG tendría que enfrentar otros seis años de mala relación a sabiendas de que jugaron en la interna en contra de Fernando Guzmán y en la constitucional a favor de Aristóteles Sandoval y parcialmente para el PRD.
Pero el tiempo de la simulación y del doble o triple juego se le está acabando al Grupo UdeG: en las campañas electorales que están por empezar tendrán que demostrar sí de verdad tienen compromisos reales con los candidatos y partidos a los que les han ofrecido su apoyo o si seguirán jugándole al vivo, apoyando a todos para jugar a no perder.