Ayer en una de las casas de los Leones Negros -el hotel Villa Primavera que fue habilitado como centro de aislamiento social voluntario para enfermos de Covid-19-, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez declaró:

“Sé que en momentos de mucha tensión, de mucha turbulencia política, leo permanentemente y escucho comentarios de quienes siguen pensando que los temas y las agendas de la grilla van a enturbiar la relación entre el gobierno y la Universidad de Guadalajara. Yo les diría desde ahorita que si es pasión, que se les borre (…). La grilla tiene su lugar. La relación del gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara es y será siempre de cooperación y de trabajo conjunto…”.

¿A quién o a quiénes lee y escucha Enrique Alfaro que estén “grillando” con el propósito de querer enturbiar la relación de su gobierno con la Universidad de Guadalajara? ¿Se referirá, por ejemplo, a quienes analizamos e interpretamos los dichos y hechos tanto de él mismo como del rector general Ricardo Villanueva Lomelí? ¿O habrá alguien dentro de su equipo o del Grupo Universidad al que haya leído y/o escuchado y tenga ese propósito?

Yo he observado y comentado –Alfaro-Grupo Universidad: En fase de Sana Distancia 19/06/2020-, basado en sus dichos y hechos, que aparentemente existe un distanciamiento -no rompimiento- entre Alfaro Ramírez y Raúl Padilla López, jefe político del Grupo Universidad, que se refleja en la postura de sus diputados Enrique Velázquez y Mara Robles en contra de la megadeuda de 6 mil 200 millones de pesos y de la imposición de los nuevos Consejeros de la Judicatura; en el haber dejado a la UdeG sin consejero; en la postura contraria de la UdeG, en tres ocasiones, a las posturas del gobernador de autorizar la reapertura económica cuando las condiciones de salud no son las adecuadas; en el relegar a los cientificos y expertos de la UdeG para contratar expertos en medicina de la Ciudad de México, encabezados por el ex priista José Narro Robles para dar seguimiento al caso de la pandemia; y en el mensaje del rector Villanueva Lomelí en el que subraya que “la Universidad de Guadalajara no abandonará a las y los jaliscienses”, en alusión a las acusaciones en contra del gobernador de que eso fue lo que hizo al autorizar la reapertura en pleno incremento de los contagios.

Descarto que esta lectura, análisis e interpretación que hago de sus propios dichos y hechos pretendan, y mucho menos logren, enturbiar la relación entre el gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara, como tampoco opiniones similares de otros colegas o analistas del acontecer político en Jalisco.

Por eso, al menos de mi parte, no hay pasión alguna que se me tenga qué borrar.

O quizás tenga razón el gobernador Alfaro al asegurar que su relación con la UdeG es buena y que, como lo interpretan otros analistas y observadores de la relación entre ambos, todas estas presuntas diferencias sean solamente una simulación y una distracción para que el gobierno federal de la Cuarta Transformación no dirija su mirada hacia el ex rector Padilla López que se la jugó con el panista Ricardo Anaya, ahora que el presidente López Obrador comienza a elaborar su lista de adversarios políticos con los que, al parecer, tiene cuentas pendientes qué cobrar.

Y lo curioso es que quien no hace aclaración alguna sobre la relación entre la UdeG y el gobierno del Estado, entiéndase entre Enrique Alfaro y Raúl Padilla, dejando creer que “cuando el río suena es porque agua lleva”,es el rector Ricardo Villanueva, quien ayer en el mismo lugar deslizó otro mensaje “entre líneas”. Dijo al inicio de su intervención:

“Estamos en el momento en que se requiere el nivel de solidaridad y empatía más alto para el momento más complejo de la pandemia. Y la universidad, el día de hoy, lo que intenta es mostrar la mayor solidaridad y el mayor nivel de empatía… posible”.

Por cierto, al terminar de hablar, Villanueva Lomelí tuvo que dar dos pasos atrás cuando ya dejaba el podium, porque se le había olvidado anunciar al siguiente orador… el gobernador Enrique Alfaro.

Que conste que no trato de enturbiar nada…