Maggie G. Urzúa

El Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, de extracción emecista, dio cátedra de ironía al sesionar en la oscuridad de la medianoche para debatir la concesión del alumbrado público en Ciudad Guzmán (cabecera del municipio).

Fieles al estilo para gobernar de Movimiento Ciudadano, que navega entre la contradicción y el madruguete, la noche del 18 de junio convocaron a una repentina sesión extraordinaria para votar el inicio de la licitación para otorgar la concesión de las luminarias a un particular.

En pocas palabras: están por privatizar otro servicio público, así como en 2017 sucedió con la recolección de basura.

En julio de 2019 habían acordado comenzar un procedimiento para la conformación de una asociación público privada (APP) para este fin, donde el Congreso de Jalisco sería su “árbitro”.

Sin avances en este rubro, 11 meses más tarde deciden cambiar la figura legal, donde la novedosa APP se transformó en un común concurso de licitación.

Esto será una mera simulación, pues desde abril de 2019 habían determinado al ganador del “concurso”: se trata de Comercializadora Bioiluminación S.A. de C.V., una empresa zapopana que les presentó el primer proyecto para implementar un sistema de iluminación sustentable. Por pura casualidad, apenas apareció este particular y a los funcionarios se les prendió el foco para diseñar el plan.

Debe ser una coincidencia el hecho de que los grandes gobiernos encabezados por el Partido Movimiento Ciudadano contrataron a esta compañía para los mismos fines que hoy pretende Zapotlán el Grande. Lo hicieron Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Tlaquepaque, Tepatitlán, la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública,  entre otros.

Es cierto que Ciudad Guzmán posee un sistema obsoleto, también que la tecnología led dota de una mejor visión y ahorra energía, pero, como ya es costumbre entre los emecistas, cualquier proyecto “noble” siempre se mancha con influyentismo, información oculta y actos que parecen malos… como lo son sesionar de última hora y por la noche.

Tampoco se debe pasar por alto cómo desde finales del año pasado los trabajadores del departamento en cuestión evitan darle mantenimiento a lámparas descompuestas, cuadras enteras se hallan en oscuridad. Quizá con esto justifiquen la incompetencia de la administración municipal por cumplir con sus deberes en los servicios públicos.

La cereza del pastel es que, cuando autorizaron la asociación público-privada, el planchado cuerpo edilicio naranja y sus aliados votaron también para reservar la información pública emanada del procedimiento para elegir una empresa.

¿A qué opacidad le darán luz las nuevas lámparas zapotlenses? Pronto lo sabremos.