Rostros jóvenes, prácticas rancias. El PRI Tlajomulco está por consumar un acto de violencia política de género. Su única regidora, Sara Estrada Galán, pidió licencia para ceder el cargo a Marcos Rosalío, dirigente municipal del partido. Las “juanitas” reaparecen.

En una era de luchas y conquistas por la paridad de género, es intolerable usar a una mujer para simular legalidad, luego desecharla en pro de la ambición individual.

Sara Galán es incondicional de Rosalío, no hay secretos. En el organigrama ella es inferior, se nota hasta en el hecho de que Marcos era asesor del ex regidor Antonio Sánchez Flores –quien mueve las riendas del partido–; mientras ella fue secretaria particular.

En campaña, el presidente de Comité Directivo Municipal en Tlajomulco robaba cámara, parecía el verdadero candidato –y lo habría sido sin la paridad–. En parte de su escasa propaganda física y digital, Marcos Rosalío ocupaba primer plano.

La licencia y cesión del cargo eran hechos predecibles, pero no con tanto cinismo. Apenas se instalaba el Ayuntamiento de Tlajomulco 2021-2024 cuando Sara ya estaba solicitando licencia “por tiempo indefinido” y sin exposición de motivos claros.

Rosalío ocupó la segunda posición en la planilla tricolor, por lo tanto, le corresponde el derecho de asumir la regiduría.

El nuevo cuerpo edilicio de Tlajomulco trae una sobrerrepresentación femenina: de los 19 munícipes electos, 11 son mujeres; aun con Galán fuera, el sexo femenino mantiene mayoría. Esa laguna fue meditada por los priistas.

La premura por cobrar la primera quincena de octubre podría ser frustrada para Marcos Rosalío. Sus propias copartidarias van a luchar por tumbarlo.

La primera en pronunciarse fue Sofía García Mosqueda, ex diputada local y regidora en Guadalajara, quien ya anunció que impedirá la consumación del acto y echará a andar la maquinaria de Las Paritaristas.

De igual manera lo hizo Valeria Guzmán, ex legisladora federal tricolor. A estas voces se sumó Ana Laura Chávez Velarde, quien fuera candidata a diputada federal del Distrito 12 por la coalición entre PRD, PAN y PRI… conoce de sobra a los protagonistas.

La petición es que la sustitución se rija por el principio de paridad, así entraría Gemma Abigail Pereyra Esparza, siguiente mujer en la lista.

La misoginia política quiere imponerse en la era feminista. Hay que añadir un ingrediente: Marcos Rosalío apenas llega a los 30 años; Sara Galán reporta edad de 27; ambos son los rostros del PRI en Tlajomulco y, aun con su juventud, demuestran continuidad en acciones que tanto se reprocharon a sus añejos líderes.

Así como en 2009 Rafael Acosta “Juanito” fue utilizado como candidato títere de Clara Brugada para asumir la delegación de Iztapalapa, en 2021 una mujer está siendo manipulada por un hombre, pero por un cargo muy inferior: la última regiduría de oposición en Tlajomulco que, por cierto, lograron de panzazo con menos de 7 mil votos.

Si el PRI Jalisco no evita una jugada de “juanitas”, por el capricho personal de un joven le pondrán el último clavo al ataúd en el tercer municipio más poblado de Jalisco.