A lo largo de cinco meses –de agosto a diciembre- Enrique Alfaro Ramírez ignoró y menospreció las manifestaciones en contra de la obra “Sincretismo” que realizaron con cinco marchas en diversas fechas, alrededor de 40 mil católicos -en total- en repudio a la escultura que insulta su fe y atenta contra la Virgen de Guadalupe.
Cinco marchas realizadas inicialmente por católicos de la zona metropolitana a los que luego se les sumaron otros provenientes de municipios vecinos y hasta de la región de Los Altos, que lo único que provocaron fue que el entonces presidente municipal se mofara de ellos al declarar a los medios de comunicación que era bueno que con esas marchas hicieran ejercicio.
Marchas que fueron precedidas por una enérgica protesta y reclamo del arzobispo emérito y cardenal Juan Sandoval Iñiguez, a quien también hizo “oídos sordos”, y del que ahora en su video tácitamente dice que al igual que quienes “han salido a declarar, a atacar, a ofender” la escultura, “no entienden los valores de la fe católica” y lo invitó -como a todos los demás católicos inconformes “que están detrás de esto”-, “a que no jueguen con estos temas, (pues) no se vale jugar con la fe para hacer política”.
O sea: como alcalde de Guadalajara, Alfaro Ramírez -al más puro estilo salinista-  no vió ni escuchó las protestas de miles de ciudadanos católicos que se oponen a dicha escultura y exigen su retiro.
Curiosamente, ahora que anda en campaña como candidato a la gubernatura debió de haber advertido que este tema rebasó las fronteras de la zona metropolitana y podría traer en su contra serias consecuencias para su aspiración, por lo que ayer improvisó una defensa a la obra y a su decisión de financiarla y colocarla en la avenida Federalismo, a través de un video en Facebook.
Por cinco meses ignoró las protestas de miles de católicos, pero ahora que quiere ser gobernador decidió hablar del tema porque -dice textualmente en el video- “sé que le preocupa de manera auténtica a personas que me lo han expresado en la calle”, como si aquellos miles de manifestantes católicos organizados no hubiesen expresado un rechazo auténtico o se hubieran encerrado a manifestarse en sus casas.
Alfaro asegura que este tema del “Sincretismo” “se ha querido utilizar para atacarnos políticamente”, y en su afán de justificarla recurrió a lo declarado por el cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara, Tomás de Híjar –que nunca dijo que la aprobaba o que no ofendía la fé católica-; por el cardenal José Francisco Robles Ortega –“no busca ofender a los católicos”, dijo el Arzobispo-; y por el padre Alejandro Solalinde, fiel seguidor de la Teología de la Liberación como él mismo lo ha confesado.
“Así de claro y contundente”, dijo Alfaro en el video, al referirse a aquella primera declaración del cardenal Robles Ortega, que provocó la publicación -el 30 de agosto- de un desplegado con un fuerte contenido de reproche y reclamo de media plana, y en cuyo título se le preguntaba si era el “¿nuevo Schulemburg?”, refiriéndose a aquel finado abad de la Basílica de Guadalupe que negó la existencia de Juan Diego y, por lo tanto, las apariciones de la Virgen.
Lo que no recordó Alfaro en su video fueron las posteriores declaraciones de quien llamó “cabeza de la Iglesia Católica en la ciudad”, quien luego de la primera multitudinaria marcha matizó sus primeras declaraciones y dijo que la autoridad municipal debería considerar remover esa obra denominada “Sincretismo”.
Alfaro omite decir en su video que el cardenal Robles Ortega, “cabeza de la Iglesia Católica en la ciudad”, fue “claro y contundente” cuando el domingo 27 de agosto declaró a los reporteros lo siguiente sobre la marcha de repudio a la escultura:
“Ahí está la expresión de un buen número de personas que fueron, que pudieron ir, pero habrá otras que no fueron personalmente pero que participan también en esta visión (de rechazo). Ya toca a las autoridades leer, interpretar esa inquietud legítima que tienen las personas de disentir y de expresarse…”.
Y al pedir que la autoridad municipal -o sea, en ese entonces Alfaro- no descartara la opción de remover la escultura, agregó el cardenal Robles Ortega:
“Si no hicieron un ejercicio previo de consulta, de qué se trataba, dónde la iban a colocar -desde entonces se desmintió lo que Alfaro dice en el video de que se consultó a las “autoridades religiosas” sobre la ubicacón-,  bueno pues ahora que sean sensatos, que vean, que sopesen y que estudien qué es lo más pertinente”.
Así de claro y contundente fue quien es la “cabeza de las Iglesia Católica en la ciudad” con éstas declaraciones.
Así, pues, resulta difícil creer que con un video “casero”, con argumentos muy cuestionables y con medias verdades, Enrique Alfaro pueda convencer a la grey católica de Jalisco que su decisión de financiar, colocar y defender una escultura que ofende la imagen de la Virgen de Guadalupe y la fe de los católicos, fue “inocente”, sin otra intención que “embellecer” la ciudad y llevar la “cultura” a todos los rincones de la ciudad.
Reitero: financiar, colocar y defender la obra “Sincretismo” tendrá un alto costo para Alfaro ante los católicos a los que acudirá para pedirles su voto. Y creo que ya se dio cuenta de ello, quizás por eso la premura para recurrir a un video “casero” con el que pretende engañar a los que ha ofendido.