No sé tú, pero yo con frecuencia me pregunto dónde está la oposición en Jalisco. ¿Dónde está el PAN, el PRI, el PRD, Morena, el PVEM, el PT?

La pregunta adquiere mayor importancia cuando vemos que al gobierno de Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano (MC) no le han salido para nada bien las cosas: con una inseguridad pública agravándose, con un sistema de salud marcado por la ineptitud y la corrupción, con señalamiento graves de corrupción como el del programa “A toda máquina”, con tantas promesas incumplidas y con su apoyo ciudadano en los suelos, a cualquier oposición no le costaría mucho trabajo volverlos cirqueros.

Pero entonces, cuando uno se pregunta porqué no hay oposición en Jalisco, uno debe pensar en las posibles razones de eso. Aquí expongo algunas:

  1. Ineptitud. Podría suceder que los partidos de oposición a Alfaro y a MC sí quieran hacer una firme oposición pero que no tengan las capacidades y habilidades para hacerla, por carecer de una formación sólida en cuestiones legales, gubernamentales, ideológicas y de comunicación. Si así fuera, entonces no tendrían razón de existir.
  2. Por falta de recursos. Ésta hay que descartarla en automático. Cómo sabemos cada año los partidos reciben jugosas partidas de dinero público que bien alcanzarían, en el peor de los casos, para hacer un papel opositor digno. Pero, como también sabemos, ese dinero los saquean los dirigentes vía nómina y contratos amañados.
  3. Por tener cola que les pisen. Hay ocasiones en las que los partidos no hacen una oposición real porque sus dirigentes traen cuentas pendientes por haber incurrido en irregularidades administrativas o actos de corrupción cuando fueron funcionarios públicos. Entonces los dirigentes prefieren el silencio cómplice y sacrifican la función opositora del partido “para llevar la fiesta en paz”.
  4. Por beneficios. Tampoco es un secreto que los dirigentes de los partidos de oposición aprovechan su posición para conseguir espacios en las nóminas gubernamentales, permisos, licencias, contratos para suministros, “servicios profesionales” y obras al gobierno en turno y otros favores que su acceso al poder les permite. Y lo mismo hacen en su ámbito los diputados y los regidores. Esto ha eternizado la corrupción de la clase política y ha impedido que las oposiciones constituyan un verdadero contrapeso.

Si eres un ciudadano sin partido debería preocuparte que con parte de nuestros impuestos estamos manteniendo a una oposición que no hace ni siquiera su mínimo papel de ser contrapeso del gobierno en turno.

Si eres militante de un partido en la oposición deberías preguntarte y preguntarles a tus dirigentes porqué no están haciendo el papel que les corresponde.

En resumen, podemos comprimir las razones de la falta de un papel real de los partidos de oposición en dos rubros: no pueden o no quieren hacerla.

Y cualquiera de las dos razones sería razón suficiente para retirarles el subsidio público.