De los candidatos a la presidencia municipal de Guadalajara que enviaron su agenda de actividades, sólo Enrique Alfaro Ramírez tiene agendado asistir al Jardín de San Sebastián de Analco a colocar una ofrenda floral en memoria de quienes fallecieron tras la explosión a lo largo de la calle Gante, en el Sector Reforma, aquel trágico 22 de abril de 1992.
Alfaro Ramírez corre el riesgo de ser rechazado por los deudos de los fallecidos o de quienes fueron víctimas y regresan a su recordada zona que habitaban, calificándolo de oportunista. Pero también su gesto en memoria de los caídos aquella mañana puede acarrearle simpatías y reconocimiento.O, bien, pasar desapercibido.
Su presencia en la zona de Gante es “un arma de doble filo”. Poco faltará para conocer cuál de las tres posibilidades se dio.
Pero una vez más enmedio de las campañas políticas, los deudos de los poco más de 200 personas que fallecieron o quienes perdieron su patrimonio vuelven al calvario de recordarle al Gobierno del Estado que aun quedan pendientes por saldar… a 23 años de aquella explosión mortal.
La asociación civil “22 de Abril en Guadalajara, A.C.” aprovecha una vez más esta efeméride que, por supuesto, nunca se borrará de la historia de Guadalajara, para reiterar que hace un año se firmó un acuerdo con el gobierno estatal que contiene diez puntos de los cuales únicamente se ha avanzado en cuatro, pero aun no están concluídos.
Y pide al gobierno de Aristóteles Sandoval avanzar para darlos por concluidos y seguir, entonces, sobre los seis restantes y cuyo cumplimiento espera se dé en la actual administración de la que dijo, textualmente, que es de la que ha recibido mayor atención que la anterior, la del panista Emilio González Márquez.
Han transcurrido 23 años de aquella mañana en la que un estruendo que abrió las entrañas del Sector Reforma despertó no sólo a los cientos de familia que ahí vivían sino a la sociedad jalisciense en lo general, pues a partir de esta tragedia la vida en particular de Guadalajara y su zona metropolitana se transformó.
Y tanto se transformó, que hasta políticamente repercutió dos años después cuando en noviembre de 1994 por primera vez el Partido Revolucionario Institucional perdio el gobierno y salió del poder que detentó por más de 70 años.
Aquella tragedia del 22 de Abril fue la que le “abrió” una de las puertas de Palacio de Gobierno al Partido Acción Nacional. La otra puerta la abrieron factores como los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu y el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, así como el ya famoso “error de diciembre”.
Ahora, 23 años después, vuelve una nueva conmemoración enmedio de un proceso electoral en el que los damnificados de aquella tragedia ya no tienen esperanza alguna, pues el paso del tiempo los lleva al olvido.
Pero aun le restan casi tres años a la admnistración de Sandoval Díaz, y su obligación y compromiso moral está en cerrar cualquier pendiente que heredó de sus antecesores para con las víctimas de una fecha grabada en cada uno de nosotros: el 22 de Abril de 1992.