Al cierre de este fatídico 2020, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez no tiene otro propósito que resolver el asesinato de su antecesor Jorge Aristóteles Sandoval Díaz o, cuando menos, que el avance en las investigaciones le demuestren a los jaliscienses que realmente tiene voluntad política para lograrlo.

En su enfrentamiento con el gobierno federal, Alfaro Ramírez fue el gran perdedor: no logró ser escuchado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, mucho menos pudo entrevistarse con él; por el contrario, las diferencias entre ambos se ahondaron hasta convertirse ya en una verdadera guerra y quedar como enemigos, ya no adversarios, políticos, Tampoco logró que sus demandas -y la del resto de los integrantes de la Alianza Federalista- fueran atendidas por miembros del gabinete lópezobradorista. Fracasó en su demanda por más recursos federales para el 2021; no logró nada en su lucha por un nuevo Pacto Fiscal; se quedó sin dos de sus aliados en el equipo del presidente: Alfonso Durazo y Alfonso Romo. Y lo peor, ya ni las llamadas telefónicas le tomaban en el gobierno federal, ya no digamos los secretarios, ni siquiera los subsecretarios, como él mismo lo confesó.

Aunque aún no está dicha la última palabra, quizás tampoco logre lo que inicialmente era su proyecto para la jornada electoral de junio próximo: una alianza total o parcial con el PAN en Jalisco.

Sin embargo, tras el crimen de Sandoval Díaz todo eso queda atrás -sí, queda la “espinita” clavada del fracaso que querrá sacársela el año próximo en el proceso electoral-, porque hoy sin duda su prioridad será dar con los autores materiales del asesinato y, si es posible, hasta con los intelectuales. O, reitero, cuando menos cerrar el año con las investigaciones muy avanzadas.

Y ese objetivo se manifiesta en que tras los trágicos hechos en Puerto Vallarta en donde nada menos que el Fiscal General, Gerardo Octavio Solís Gómez, confesó no tener ni pista alguna de los autores o de lo sucedido exactatamente, toda vez que fue limpiada la escena del crimen y desaparecido los videos, y pedía la colaboración de la ciudadanía que pudiera haber presenciado lo ocurrido, ya se logró recuperar el sistema de videos, se encontró un vehículo que habría participado en los hechos y hasta se logró detener a un presunto participante, así como tener imagen de los demás.

Todo esto en apenas seis días, reitero, luego de no tener pista alguna.

Considero que informar a los jaliscienses lo que se puede revelar como resultado de las investigaciones, pero que demuestre que se está trabajando en serio para resolver el crimen, para que haya constancia que el de Aristóteles no será un asesinato más como los miles que suceden en Jalisco y que quedan en la impunidad bajo la responsabilidad de las mismas autoridades que hoy tienen como prioridad esclarecer el caso del ex gobernador, es uno de los objetivos de Enrique Alfaro para el cierre de este 2020.

Y además, conociéndolo cómo es, sin duda que será hasta cuestión de orgullo demostrarle al presidente López Obrador de que logrará resolver o avanzar en las investigaciones sin que el gobierno federal haya atraído el caso como no pocos lo reclamaban, aunque cuenta con el apoyo de las corporaciones de seguridad. Recordemos que Andrés Manuel dijo que “las investigaciones le corresponden al gobierno de Jalisco”.

Así, pues, si de veras Alfaro logra resolver o que la investigación esté muy adelantada para el fin de año, podrá iniciar el próximo con mayor tranquilidad, pero con muchos pendientes aun en el cajón.

Y si no, al tiempo…