En el tema del transporte público urbano, el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz no tiene una segunda oportunidad… y tampoco Mauricio Gudiño Coronado.
“Hoy se ha agotado la paciencia…”, advirtió Sandoval Díaz en su mensaje ante los medios de comunicación el domingo pasado, tras el accidente de una unidad de la ruta 368 que embistió a un grupo de estudiantes en una parada del transporte que dejó más de una veintena de heridos y el fallecimiento de una estudiante, lo que generó la multitudinaria marcha universitaria de ayer.
En ese mensaje, Aristóteles agregó:
“Después de este año de retraso, donde la gente ha exigido mejores condiciones cuando se sube con miedo, cuando se sigue manejando a exceso de velocidad, cuando no se tomas las mínimas precauciones, cuando no hay sensibilidad por parte de muchos transportistas que no han concientizado a sus choferes, que no han cumplido con un sueldo fijo, que no están cumpliendo con la capacitación, que no han cumplido con las mínimas medidas necesarias para generar más seguridad…”.
Y luego anunció la suspensión temporal de la tarifa de siete pesos, autorizada apenas en diciembre pasado con el incremento de un peso al pasaje, hasta en tanto no se otorgue un servicio de calidad.
Un día antes, el secretario general de gobierno, Arturo Zamora Jiménez, también ante los reporteros, afirmó:
“Entendemos que hay indignación y la compartimos. Entendemos que hay molestia y la compartimos. Entendemos que hay coraje y lo compartimos… Y por eso estamos actuando en medida de la gravedad de los hechos…”.
Y añadió:
“No podemos permitir que la irresponsabilidad y el incumplimiento de las mejoras al transporte público, a las que se comprometieron formalmente los concesionarios, provoquen una nueva tragedia como la acontecida ayer frente a la Preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara…”.
Sin duda que las palabras de Sandoval Díaz y Zamora Jiménez muestran sensibilidad ante un severo y añejo problema que día a día padecen no sólo los usuarios sino la ciudadanía en general, como es el del transporte público, y reflejan un compromiso para su solución inmediata.
Y así debe de ser: de solución inmediata, porque la reacción que provocó el incidente del viernes pasado afuera de la Preparatoria 10 fue la última llamada para las autoridades estatales. Bastó que una estudiante falleciera para generar la reacción que provocó, independientemente de las 13 muertes que con antelación ya se habían registrado y que se encontraban simplemente en la hoja de las estadísticas.
A diferencia de gobiernos anteriores que buscaron enfrentarse a la Universidad de Guadalajara ante cualquier muestra de “músculo” de la máxima Casa de Estudios, el de Aristóteles Sandoval no sólo escuchó a los universitarios sino que los hizo sus aliados para resolver este añejo problema.
E hizo bien, porque como abrimos: en este tema del transporte público el Ejecutivo ya no tiene una segunda oportunidad… y tampoco el Secretario de Movilidad.
Hoy “rodó la cabeza” que tenía que “rodar”: la de Javier Jaramillo, director general del Transporte Público de la SEMOV. La próxima, si no hay resultados positivos, será la de Mauricio Gudiño Coronado…
¡Y adios sueños…!