¿Hay motivo alguno para creer en alguna de las versiones o rumores arrojados en estos primeros días del 2014 sobre posibles cambios en el gabinete de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz?
La verdad no, salvo que sea a causa de que algunos de sus colaboradores ya no desee seguir siéndolo.
No creemos, porque no hay elementos para así creerlo y afirmarlo, que en el ánimo del gobernador esté el relevar a alguno de los integrantes de su equipo en los inicios de este año.
Hace pocos días corrió como “reguero de pólvora” la versión sobre la presunta renuncia de Arturo Zamora Jiménez a su cargo como secretario general de Gobierno, y con ello se desató la especulación sobre otros posibles cambios de funcionarios estatales. Pero nada con sustancia.
De entrada, ¿hay motivo alguno para creer en la salida de Zamora Jiménez? La verdad, ninguno. Dígase lo que se diga, el secretario general de Gobierno no ha enfrentado problema serio alguno que ponga en entredicho su trabajo, su eficiencia y su efectividad. A menos que precisamente por eso, por falta de acción, Arturo se haya aburrido y decidido regresar al Senado.
Pero nada más alejado que eso.
¿Quién más podría ser relevado? ¿Francisco Ayón, el secretario de Educación? ¿Ricardo Villanueva, titular de SEPAFIN? ¿Eduardo Almaguer, secretario del Trabajo? ¿Salvador Rizo, responsable de la SEDIS? ¿José Palacios, titular de la SEDECO? ¿Jaime Reyes Robles, secretario de Innvovación? ¿Jaime Agustín González, responsable de Salud? ¿Enrique Ramos Flores, titular de Turismo? ¿Mauricio Gudiño, secretario de Movilidad…
Sin duda que todos o algunos de ellos tendrán detractores que quieran verlos fuera del gabinete. Otros querrán que sea cierto porque pretenden ser quien o quienes los sustituyan. Pero hasta el momento no hay causas, motivos o razones -que se conozcan, por supuesto-, que sostengan la posibilidad de algún cambio en el equipo asistotelista.
El propio Sandoval Díaz lo aclaró ayer: “No habrá cambios…”.