Por Jaime Ramírez Yáñez

En el affaire López Hernández aun hay varias cosas que no está del todo claras, situaciones pueden poner en entredicho la actuación de las autoridades recién llegadas con Emilio González Márquez en un asunto que tiene todo los tinte de narcofamiliarpolítico.

Y es que sencillamente hay datos que no obedecen a la lógica de los hechos y que, francamente, parecen sembrados o previamente estudiados para que los hechos quedarán tal y como la autoridad lo dio a conocer.

Por ejemplo, en las investigaciones se sienta que el homicidio de los López Hernández ocurrió a las 2 de la mañana, y que el velador no dio aviso a las autoridades por temor a represalias.

Sin embargo, hay testimonios que hablan en el sentido de que desde las 3 y media de la mañana ya había personal policíaco trabajando en el lugar de los hechos.

Esto es contradictorio con la versión oficial en donde se señala que fue hasta las 8 de la mañana en que un familiar se percató del crimen y habló a las autoridades.

Asimismo, se sabe que en una medio de comunicación a las 7 de la mañana se recibió una llamada en donde les informaban sobre la doble ejecución y que se trataba de un parricdio.

De acuerdo a las versiones oficiales Salvador, el presunto homicida confiesa el hecho, así como si nada, y ya de pasada confiesa que tenían un laboratorio de drogas, una cosa que no tiene relación con la otra ¿o si.

Después, los investigadores se trasladaron al hotel del Lago, en Ocotlán, y localizan el laboratorio que administraba el hermano Gabriel. Dicho sea de paso, en este hotel hace un semana se encontraron armas y en este mismo lugar, en 2005, un comandante de la PGR fue ejecutado y su cadáver abandonado en el municipio de Briseñas.

También el nombre de Tersa López Hernández, en este contexto, está vinculado el de la ejecución de Ignacio Loya Alatorre, asunto que por cierto no está resuelto, y solo faltaría que Salvador confesará ser el homicida de el amigo de su hermana.

El otro dato es la cercana relación de la regidora zapopan con el excandidato priista a la gobierno Arturo Zamora Jiménez y del exdiputado Jorge Aristóteles Sandoval.

Para la procuraduría de Justicia estatal, los tres asuntos, la ejecución de Loya Alatorre, el doble homicidio de los padres de la regidora y el hallazgo del laboratorio son asuntos que están separados, pero que, lo más seguro, es que en algún punto se unan.