Por Julio César Hernández

Contra lo que se creía meses atrás -confieso que yo entre ellos-, todo indica que Alberto Cárdenas Jiménez está más que firme al frente de la Secretaría de Agricultura. Y los nombramientos hechos hoy, así lo reconfirman.

Créase lo que se crea, podemos decir que la salida de Francisco Ramírez Acuña de la Secretaría de Gobernación tuvo efectos positivos, indirectamente, para Cárdenas Jiménez. Y directamente la llegada de Juan Camilo Mouriño a Bucareli.

Y es que no se puede negar que si bien los problemas de inconformidad por la apertura del TLC en el sector agropecuario estaban complicando cada vez más la permanencia de Alberto Cárdenas al frente de la Sagarpa, el “Caso Muriño” desactivó no sólo una inevitable salida del jalisciense del gabinete calderonista sino que prácticamente borró de la agenda los contras al TLC, y con ello confirmó a Cárdenas Jiménez en el cargo.

Es más, contra aquellos augurios, hoy es más seguro que quien deje su cargo sea Juan Camilo Mouriño que Alberto Cárdenas.

Pero otro signo de que Cárdenas Jiménez ya no tiene encima la “espada de Damocles” es que ya hizo las paces con otro jalisciense, el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Héctor Padilla, cuya relación entre ambos era muy mala. Lo menos que el legislador pensaba del ex Mandatario es que era el peor secretario de Agricultura que hubiese habido.

Se asegura que para terminar con estas diferencias y distanciamiento, mediaron algunos diputados panistas y priístas, quienes finalmente tuvieron éxito en su encomienda y lograron que ambos funcionarios hicieran las paces. Tanto, que hoy ya trabajan juntos y coordinadamente. Es más, próximamente los veremos juntos aquí en Jalisco.

Así, pues, de acuerdo a las señales registradas, podemos decir que Alberto Cárdenas será secretario de Agricultura todavía por un buen rato, si no es que hasta nos da la sorpresa y concluye el sexenio.