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Julio César Hernández
¿Alguien tiene alguna duda -como lo advertimos en días pasados-, que lo que está detrás del pleito que Enrique Alfaro Ramírez, alcalde de Tlajomulco, le lanzó a Raúl Padilla López, ex rector de la Universidad de Guadalajara es el control del Partido de la Revolución Democrática en Jalisco?
¿No fue bastante evidente lo sucedido ayer en su asamblea estatal? Claro, nos matizan, además de un conflicto personal que tienen de tiempo atrás Alfaro y Padilla, aunque no terminan por revelar las causas o motivos.
“¡En un año les ganaremos el partido!”, fue la advertencia que lanzó Alfaro Ramírez al abandonar las instalaciones donde se efectuaba el evento perredista que se convirtió en todo un espectáculo político-cómico… aunque no musical.
Lo sucedido ayer en esta asamblea era previsible:
La designación de un nuevo secretario general del partido que no pertenezca a la corriente que desde México encabeza Andrés Manuel López Obrados y Alejandro Encinas, y aquí apoya Alfaro Ramírez, de ahí que el sucesor de Ismael del Toro fue quien fungiera como director de Desarrollo Social en este joven gobierno de Tlajomulco, Enrique Velázquez Rodríguez, a quien Alfaro despidió por el “pecado” de ser padillista…
La protesta de los alfaristas porque no se respetó el espacio que les correspondía, como corriente, dentro del comité estatal…
Y el “mayoriteo” de los padillistas que impondrían sus decisiones.
Pero ya lo decíamos: Alfaro Ramírez comenzó, por estrategia, muy temprano la lucha por arrebatarle el partido a Raúl Padilla y sus huestes, a fin de tener tiempo de sumar a su favor a todos los antipadillistas y congregar la fuerza que considera le permitirá quedarse con la dirigencia perredista para sus proyectos con miras al 2012.
¿O alguien sabe que son otras las causas de este pleito?