Ayer en mi cuenta en Twitter escribí lo siguiente: “Ojalá y que cuando comparezca ante el @LegislativoJal el gabinete de Seguridad, en la glosa del primer informe de @EnriqueAlfaroR, explique o revele el paradero de otro de los muchos desaparecidos en Jalisco: ¡La oposición!”.

Y es que basta hacer una revisión a la participación de los diputados de oposición frente a los integrantes del equipo alfarista que han comparecido en los dos últimos días con motivo del Primer Informe de Gobierno, para darnos cuenta que su actuación tiene un objetivo: no molestar, no incomodar ni hacer enojar al inquilino de Casa Jalisco.

Ni siquiera los diputados de Morena, que en ocasiones han elevado sus críticas en los medios de comunicación o en sus redes sociales, se han atrevido a alzar la voz para que cuando menos sea escuchada en el inmueble de enfrente: Palacio de Gobierno.

Material tienen. El de Enrique Alfaro ha sido uno de los peores gobiernos en su primer año de administración y muestra de ello es la baja calificación ciudadana -ronda por el 32% de aceptación-, que lo coloca por debajo de la media tabla de entre los gobernadores del país y con graves resultados en materia de seguridad pública que mantienen a Jalisco en los primeros lugares de homicidios dolosos, desapariciones, feminicidios y robo de autos, entre otros rubros en la materia.

En menos de un año, el gobierno de Alfaro Ramírez se ha destacado por una serie de irregularidades que han sido los medios de comunicación los que las han descubierto y ventilado, medios a los que ha menospreciado y criticado, considerandólos sus enemigos pero al mismo tiempo “maiceando” a otros para comprarles su silencio y no tanto para que hablen bien de él y de su gobierno.

No paga para que no le peguen, paga para que guarden silencio.

Y ahí están las burdas e irregulares licitaciones del programa “A Toda Máquina”, de los Servicios de Laboratorio y Banco de Sangre en la Secretaría de Salud; de las que se ejecutaron para beneficio de las familias del titular de Salud y del OPD Servicios de Salud; de las mochilas que aún no han sido terminadas de entregar cuando ya han corrido cuatro meses del calendario escolar; la irresponsabilidad de no actuar oportuna y debidamente ante el problema de dengue que tiene colocado al estado en el primer lugar de casos confirmados, de casos graves y de muertes; la inusitada cantidad de fosas donde se han encontrado cientos de bolsas con restos humanos o muchas más abandonadas no sólo en baldíos y terrenos periféricos sino en calles y avenidas dentro de las cabeceras metropolitanas; la violación a la independencia y autonomía del Poder Judicial con la mano en la cintura… y muchos motivos más para actuar como una oposición responsable y comprometida con sus electores.

Su trabajo como contrapeso del poder lo han concentrado medios de comunicación como El Diario NTR Guadalajara, al que alguna vez calificó de “basura” o “periodiquito”, blogs, portales y periodistas y analistas independientes que han evidenciado el pésimo gobierno de quien alguna vez fue la esperanza de los jaliscienses, pero que se ha convertido en una decepción.

Ahí está el trabajo periodístico, publicado ayer, realizado por un grupo de periodistas sobre lo declarado por el gobernador Enrique Alfaro durante su primer informe y del que tomaron 34 frases verificables, cuyo resultado fue el siguiente: 12 resultaron falsas, 15 engañosas y solamente siete verdaderas.

Trabajos como éste debió de haberlo hecho la oposición en el Congreso del Estado como representantes de un sector de los jaliscienses que no votó por el partido en el gobierno. Pero no, la oposición está preocupada por sus intereses particulares, tanto de quienes la representan en el Poder Legislativo como de los partidos de los que son militantes. En su descargo, hay que subrayar que actúa como actuó las que las antecedieron, que no lo hicieron mejor.

Pero esta es la oposición que hay en Jalisco. Una oposición que grita y patalea frente a los medios, pero que calla y es sumisa frente al poder.