Quien crea que la “bomba” que estalló el regidor alfarista del Partido Movimiento Ciudadano, Augusto Valencia López, sobre los beneficios obtenidos por el dirigente sindical de los empresarios, Oscar Benavides Reyes, en el Ayuntamiento de Zapopan ya se “apagó”, están equivocados.
Al contrario…
Valencia López activó los reflectores de los propios empresarios en contra de su presidente cuando no obstante haberse declarado su adversario y hasta exigir su renuncia, recurrió al auditor superior del Estado, Alonso Godoy Pelayo, para que investigara el proceso mediante el cual el Ayuntamiento zapopano contrató los servicios de la empresa de la que Benavides Reyes es socio, Seiton de México, SA de CV.
Y por supuesto que las “luces rojas” de los socios de la Coparmex se encendieron cuando entendieron la razón por la que de manera insistente -junto con su antecesor y hoy conductor radiofónico caído en desgracia, Pablo Lemus Navarro- pidió y hasta se “desgarró las vestiduras” exigiendo la salida del titular de la Auditoría Superior, arrastrando la imagen de la institución por los pasillos del Congreso del Estado con un cheque en la mano por 35 mil pesos para que los diputados aplicaran el examen a los aspirantes a suceder a Godoy Pelayo…
Pero así como llegó al Palacio Legislativo salió… con el cheque en la mano, pues ningún diputado, ni siquiera los que alentaban la salida del Auditor, quisieron prestarse a su juego.
Bueno, pues lo denunciado por el regidor alfarista Augusto Valencia más lo publicado aquí en Marcatextos.com de que Seiton de México, SA de CV  logró “jugosas” ganancias por 77.3 millones de pesos en cinco años del gobierno de Emilio González Márquez y en el primero de Aristóteles Sandoval, provocó el malestar e inconformidad de algunos miembros del Consejo de Administración de la Coparmex.
Pero a ello vino a sumarse la revelación del periódico Mural de que el representante de la Coparmex ante el FOJAL, Jaime Moreno Cardeña, aprovechó la responsabilidad que le dio Benavides Reyes para llevar “agua a su molino” y beneficiar a su empresa IBS, Investmen & Business Support con un contrato logrado por 4.3 millones de pesos en agosto del 2011.
Cuando Mural entrevistó a Benavides sobre este asunto, Oscar respondió que el asunto era personal y que debería ser resuelto por el señalado. El matutino resumió magistralmente en el título de su nota la reacción del dirigente empresarial: “Minimiza tranza la Coparmex”.
Bueno, pues ante tantas irregularidades detectadas durante la presidencia de Oscar Benavides, el Consejo de Administración de la Coparmex ha emprendido una investigación interna que ha llevado a algunos empresarios a augurar que “Oscar no terminará bien”.
La investigación la encabezan uno de los hijos de Ignacio Aranguren y el ex presidente de la Coparmex, Fernando Pérez Aguayo.
Se asegura que semanas atrás hubo voces al interior de la Coparmex que pidieron o propusieron la renuncia de Benavides Reyes de la presidencia, pero que finalmente la misma se desechó ante la necesidad de cuidar la imagen de la institución, por lo que decidieron mejor dejar correr ya las pocas semanas que restan para que Oscar entregue la presidencia, lo que ocurrirá el primero de abril próximo.
Ante toda esta realidad los propios empresarios han sido categóricos: Oscar Benavides es el presidente de la Coparmex, pero ya no manda en la Coparmex…