¿Qué pretendió Josefina Vázquez Mota al reunirse públicamente el viernes pasado a comer con Alfonso Petersen Farah, aspirante a la candidatura al gobierno estatal? ¿Por qué no lo hizo con quien fue corresponsable d ela movilización de militantes y simpatizantes que le llenaron el Auditorio Telmex, como fue Hernán Cortés Berumen?
No preguntamos por qué no lo hizo con Fernando Guzmán Pérez Peláez, porque es de todos sabidos que el ex secretario general de Gobierno se ha “juega” con el adversario de Vázquez Mota, Ernesto Cordero.
Y preguntamos qué pretendió Vázquez Mota, porque Petersen Farah simplemente hizo bien al invitar o aceptar la invitación de quien va arriba en las preferencias de la militancia en la carrera por la candidatura presidencial.
¿Acaso Josefina Vázquez quiso decirle a todos los panistas que su “corazón” ahora está a favor de Petersen y ya no de Cortés? ¿Acaso creyó que aparecer junto al ex Secretario de Salud, en automático le sumaría simpatías de los panistas jaliscienses que aun no tiene el ex alcalde tapatío?
Ahí estaban los dos, alrededor de la mesa, acompañados de sus respectivos coordinadores: Roberto Gil Zuarth, de Vázquez Mota, y  Juan Pablo de la Torre, de Petersen Farah.
La verdad es que a veces el objetivo les falla a nuestros políticos, por lo que creo que este encuentro entre Josefina y Alfonso no tendrá la menor repercusión en la elección interna por la candidatura al gobierno.
Estos comicios se cuecen aparte. Así, simplemente.