Redonda fue la semana pasada para el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro Castro: Rindió su segundo informe de gobierno, que fue bien recibido; su partido le quitó del camino a Jesús Pablo Lemus Navarro, alcalde de Zapopan, quien se empeñaba en hacerle “ruido”, a pesar de saber que su aspiración es imposible, ofertándose como el relevo en la candidatura para la capital en el 2021; y la encuestadora Mitofsky lo colocó en primer lugar entre los aspirantes a la alcaldía el año próximo.

¿Qué sigue?

Tras la deserción obligada de Alejandro Hermosillo -uno de los hombres de su mayor confianza- como gerente de la ciudad, Del Toro Castro deberá hacer ahora una exhaustiva y detallada revisión hacia detro de su equipo y comenzar a mover piezas que no solo no le han dado resultado sino que le han generado problemas en deterioro de su administración.

Comúnmente los gobernantes registran los días posteriores a su informe de gobierno como el momento para hacer un “corte de caja” en torno a sus colaboradores, hacer una revisión de sus quehaceres, una evaluación de su desempeño y los resultados que han dado. Ismael del Toro enfrenta, además, la etapa preelectoral en la que con sus acciones de gobierno se juega cada punto en disputa rumbo a la búsqueda de su reelección. Hoy cada error cometido por él o sus colaboradores tendrá una repercusión que definirá -en tanto no pida aún licencia- las condiciones en que llegue al arranque de las campañas.

Y tendrá que revisar desde la Jefatura de Gabinete -que no ha logrado sacar licitaciones fundamentales como los chalecos antibalas y sí, en cambio, ha generado conflictos con repercusiones negativas entre la población-, así como la Secretaría General, la Sindicatura, las “cabezas” de las dependencias encargadas de prestar los servicios básicos a los tapatíos y, por supuesto, hasta el de seguridad pública, ante el fracaso de la Policía Metropolitana.

A Ismael del Toro le ha faltado equipo. ¿O quién identifica por nombre y resultados a sus principales colaboradores? ¿Quién sabe quién es el responsable de Obras Públicas, de Aseo Público, de la misma Secretaría General, de la Sindicatura; vamos, de la Policía tapatía, y de otras tantas dependencias municipales? ¿Y cuáles sus resultados, más allá de los que enumeró el alcalde en su pasado informe?

Si bien ya tiene asegurada la candidatura de Movimiento Ciudadano para buscar la reelección, es el momento de que Ismael del Toro evalúe a su equipo y haga los ajustes necesarios para cerrar “a tambor batiente” su administración, y retirar, por muy doloroso que sea y por mucho que sean de toda su confianza, a quienes definitivamente le han queado a deber.

No tiene otra opción si desea llegar a las campañas en enero del año próximo, como el candidato a vencer.