Por Julio César Hernández

De la que se salvó el dirigente estatal del PAN, Eduardo Rosales Castellanos, luego de que la mayoría de los delegados de la Asamblea Nacional Extraordinaria rechazó la propuesta de que uno de los métodos para elegir candidatos a cargos de elección popular fuera mediante encuestas.

Y es que nadie como él fue testigo de los estragos que causó en el priismo jalisciense la aplicación de ese instrumento en las pasadas elecciones internas.

No sabemos si Rosales fue de los que cabildearon en contra de esta propuesta, pues finalmente tenía los ejemplos claros de lo que ocurrió aquí en los tiempos de Javier Galván y Carlos Rivera, como presidente de la Comisión de Procesos Internos. Lo que llamó la atención fue cómo los panistas aprobaron y desecharon algunas medidas o métodos que el PRI ya ha aplicado y no le ha dado los resultados esperados.

Si bien rechazaron el método de las encuestas, abrieron sus procesos internos a la ciudadanía, pero con cautela, pues solo participarán los militantes “adherentes”, que tendrán que cumplir ciertos requisitos, además, para participar en esos procesos.

O sea que no bastará tener una credencial de elector para tener derecho a sufragar en las urnas del blanquiazul.