Ayer fue el día de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz. Ayer fue el día más feliz para el ex alcalde de Guadalajara, como él mismo lo confesó ante miles de simpatizantes que se dieron cita en la sede tricolor de Calzada del Campesino 222. Pero la fiesta inicial sólo duró un día, quizás unas horas.
Porque a partir de hoy comienza la primera parte de una batalla que concluirá el día uno de julio próximo; primera parte de una batalla donde no tiene adversario o contendiente enfrente, porque corresponde a la contienda interna que tendrá su cúlmen el 12 de febrero cuando en una convención de delegados sea ratificado como candidato a la gubernatura. Ese día, sin duda, será otro día de fiesta para Aristóteles Sandoval.
Pero después viene la segunda parte de esta batalla político-electoral donde no sólo habrá porras, aplausos y piropos para el candidato, sino también críticas, “golpes bajos”, zancadillas, descalificaciones… y quizás sorpresas.
Porque cuando ya estén definidos sus adversarios  de los otros partidos -llámense como se llamen-, entrará a una verdadera guerra política.
Sí, será una verdadera guerra porque hoy el PRI tiene aun más posibilidades de ganar las elecciones que en los dos procesos anteriores, aun y cuando en 2000 y 2006 sus antecesores no sólo fueron serios adversarios para el candidato del partido en el gobierno sino que hasta arrancaron con amplia ventaja que por diversas razones perdieron.
Hoy tanto la firma (PRI) como el candidato (Aristóteles) han vuelto a permear en el ánimo de un gran sector de la ciudadanía que años atrás le dieron la espalda, lo que los convierte en una esperanza para los priistas de volver al poder que el PAN les arrebató en 1995, y eso lo han advertido y registrado quienes hoy aun tienen el poder en sus manos.
Y, por supuesto, no querrán entregarle al PRI el poder estatal, luego de que hace tres años tuvieron que hacerlo con los gobiernos municipales de la zona metropolitana.
Ahora el PRI cuenta con dos candidatos -uno a la Presidencia de la República y otro al Gobierno del Estado-, con un alto índice de popularidad como no lo habían tenido hace ya algunos años. Y eso los convierte en una fuerte amenaza para el PAN que hoy gobierna en ambos niveles de gobierno.
Por eso es que Aristóteles Sandoval debe de gozar estos días de fiesta como el que vivió ayer y vivirá quizás el próximo 12 de febrero, porque a partir de que arranquen las campañas el sabor de los días será diferente.