Por Julio César Hernández

Veinte minutos es lo que prevén dure el mensaje que hoy leerá el gobernador Emilio González Márquez ante el Congreso del Estado, en la sesión solemne donde rendirá su primer informe de gobierno.

Doce meses polémicos han sido éstos, sin duda. Quizás más que los primeros 365 días de Alberto Cárdenas como primer gobernador panista.

Hace algunas semanas, cuando entrevistamos a González Márquez en el programa radiofónico Foro 1070, nos reclamó que los reporteros no le preguntáramos sobre las acciones que realizaba su gobierno para beneficiar a la ciudadanía, lo que estaba haciendo a favor de los pobres.

Se quejaba de que sólo nos interesaban los temas motivo de escándalo y que habiendo sucedido en abril (del año pasado), a estas fechas aun le sigamos insistiendo en la aportación millonaria que regaló para el evento de Espacio 2007, que organiza Televisa.

Acusó a los medios de ser quienes alentábamos la inconformidad ciudadana, como en el caso del fallido refrendazo, pero también a todos los automovilistas que se opusieron al placazo y que evitaron se obtuvieran recursos para los municipios del resto del Estado, aunque posteriormente en el Presupuesto de Egresos recortó recursos destinados a esos municipios para “engodar” a la burocracia estatal.

El 2007 fue un año ríspido en la relación Gobierno-medios de comunicación.

En aquella entrevista radiofónica referida, González Márquez dijo al aire:

“A ver: ¿como ser humano tengo derechos o solo obligaciones? ¿Hay libertad de expresión solo para los periodistas o yo también puedo hablar las cosas como las veo?”.

González Márquez no deja de tener parte de razón. Es cierto que en no pocas ocasiones los medios de comunicación nos hemos detenido más en temas escandalosos que de otra índole. Es cierto que quizás no le hemos preguntado qué está haciendo a favor de los pobres. Es cierto que hemos sido responsables de que la ciudadanía esté enterada de si hasta una hoja se mueve dentro de Casa Jalisco o de Palacio de Gobierno, y que eso genera una reacción en la población.

Sin embargo, el escándalo no lo han provocado los medios de comunicación. Mucho menos los han inventado.

Pero también es cierto que hemos sido parte de los reality shows panistas, como la exagerada atencion a las reuniones públicas del Gobernador con el ex secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, o con sus correligionarios Eduardo Rosales y Jorge Salinas.

En este sentido, al inciarse mañana un nuevo año del gobierno de González Márquez, ¿continuará la misma tónica en la relación Ejecutivo-medios de comunicación? ¿Seguirán siendo los escándalos las noticias principales en la prensa, radio y televisión? ¿Seguirán dándose espectáculos que le roben la atención a acciones serias e importantes del gobierno estatal?

Creo que a partir de mañana, dos de febrero, las cosas deben de cambiar para bien. Y, lo principal, ya no volver a “picar el anzuelo”.