Efectivamente, a la consulta que le hizo el Congreso del Estado, el Instituto de Transparencia e Información Pública (ITEI) le tuvo que “enseñar el Padre Nuestro al señor Cura”.
Y así, los diputados vuelven otra vez a evidenciar su poco conocimiento de las leyes que están obligados a conocer y a sufrir otra “derrota” frente a la Auditoría Superior del Estado (ASEJ), bajo el mando de Alonso Godoy Pelayo, al igual que sus detractores.
Me refiero concretamente a la respuesta que Cynthia Cantero, presidente del ITEI, le dio al presidente del Congreso del Estado, Clemente Castañeda, sobre quién es la entidad obligada a publicar en su portal de internet, y en base a la Ley de Transparencia, las cuentas públicas y las auditorías, donde los señores diputados alegaban que era responsabilidad de la ASEJ porque era la que ejecutaba dichas tareas.
La Auditoría Superior, a su vez, apelaba a la propia Ley de Fiscalización y Auditoría Pública que le impide revelar información que tiene bajo su custodia para la realización de su tarea.
La verdad es que la fórmula era simple: si quien es responsable de darle el finiquito a las Cuentas Públicas, ya sea a favor o en contra, es el pleno del Congreso del Estado, entonces ¿quién está obligado a hacer pública la información? Amén, claro, de que nuestros legisladores están obligados a conocer la Ley de Fiscalización que es su responsabilidad, y de Auditoría Pública, que es la tarea encomendada a la ASEJ, u cuando menos consultar a sus asesores que tanto defienden.
Pero no. Nuestros legisladores están más preocupados por defender las “cuotas” de espacios que les correspondieron en la “gran comilona” de direcciones que hicieron al inicio de la Legislatura; por sostener pleitos por asuntos administrativos, antes que los legislativos; por acusarse de quie´n “solapa” más a “aviadores” y quién no, y quién sabe cuántos asuntos más que nada tienen que ver con la naturaleza de su trabajo.
Y el colmo se da cuando Clemente Castañeda prefiere mantener en el terreno mediático este asunto al que le da “largas” y evidenciando ignorancia en lo que dice la ley, consulta y pide a Cynthia Cantero que sea el ITEI que diga quién es el sujeto obligado de publicar lo que la ley les obliga.
Así fue como el ITEI terminó por “enseñarle el Padre Nuestro al señor Cura”, independientemente de si es rojo, azul, amarillo… o naranja.