A raíz de la “guerra” desatada desde el gobierno del Estado en contra del Grupo Universidad y su líder Raúl Padilla López, llevándose de por medio a la Universidad de Guadalajara, se detectó la aplicación de una estrategia que en su momento fue aplicada en otros países y en cuya mayoría dio los resultados esperados, pero que, además, ha sido recomendado por algunos consultores sudamericanos, según ha trascendido en los corrillos políticos del Estado.

La semana pasada Gabriel Torres Espinoza se refirió al tema en su colaboración en Milenio con el título “‘Lawfare’: la ‘politización de la justicia'”, en la que refirió que “el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), instituyó un Observatorio para dar seguimiento a un fenómeno cada vez más creciente en los gobiernos de la región: la ‘judialización de la política’ y la ‘politización de la justicia’, caracterizada por el abuso y la captura de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia, a efectos de perseguir a opositores políticos y periodistas críticos, para no sólo castigar a liderazgos sociales que protestan sino también inhibir a la prensa libre…”.

Cualquier parecido con la realidad en México y Jalisco, puede o no ser una coincidencia…

Pero, ¿qué significa Lawfare? Documentos que hablan al respecto, señalan: “El término describe ‘un modo de guerra no convencional en el que la ley es usada como un medio para conseguir un objetivo militar”. Y subraya dos aspectos fundamentales, de los cuales sobresale el siguiente: “El rol del Poder Judicial. Opera bajo un completo mando de institucionalidad. Por medio de esta se persigue objetivos para deslegitimar y perseguir figuras políticas populares opuestas a sus intereses; esto, a través de ‘expertos’, quienes manejan un lenguaje técnico objetivo (lenguaje jurídico), que se jacta de no estar ‘contaminado’ por la política”.

El Lawfare registra tres dinámicas: “1. Timing político: implica que el caso judicial (utilizado como un arma) se hace público en momentos de alto costo político para la persona o grupos que son desprestigiados; 2. Reorganización del aparato judicial: Las élites con el control del aparato del Estado colocan en espacios clave a ‘técnicos’ (abogados, jueces, fiscales) vinculados al poder de turno, para atacar al adversario político y/o prevenir situaciones hostiles que puedan provenir de éste; 3. El doble rasero de la ley: Si bien pueden salir a la luz varios casos de corrupción, se ‘elige’ seguir de cerca a unas, invisibilizando o desestimando otros”.

Todo parece indicar que la “guerra” del gobernador Enrique Alfaro en contra del grupo Universidad y Raúl Padilla no es cosa de ocurrencias ni del humor o ánimo con que amanezca, sino que todo indica que se trata de una estrategia muy bien planeada y planteada que tiene como armas el Lawfare, o más bien no sólo el Lawfare, sino otros mecanismos relacionados con éste como el denominado “Golpe suave” o “Golpe por goteo”, expresión atribuida al politólogo estadounidense Gene Sharp.

Cuando se escucha hablar de estos términos parece exagerado creer que se aplica en esta “guerra” en contra de Padilla López y el Grupo Universidad, pero cuando conocemos los pasos de este “Golpe suave” y los confrontamos con las acciones que se han registrado aquí en Jalisco, no queda de otra que confirmar o comprobar que parte de esto lo estamos viendo en Jalisco.

Lawfare y el “Golpe” suave” van de la mano, y parte de esto ya lo vimos aquí recientemente.

En una próxima entrega referiremos los cinco pasos para un “Golpe suave”, y podremos confirmar cuáles de ellos ya se han aplicado y cuáles faltan por aplicarse.

Al tiempo…