Mucha razón tiene Fernando Pulido Kim, vicepresidente nacional del Movimiento Juvenil Mexicano del PRI, cuando en un mensaje a sus correligionarios y simpatizantes, a través de un video en las redes sociales, afirma:

“Reconocemos nuestro error al no señalar a quienes nos hicieron daño y nos fallaron. Con acciones concretas, te ofrecemos disculpas…”.

Y tienen razón en reconocer su error y comprometerse a dar disculpas con hechos, porque ese ha sido uno de los principales males de los priistas: guardar un silencio cómplice -voluntario o involuntario- y no acusar y señalar, ni siquiera al interior de sus órganos deliberativos, a quienes le han fallado a su partido y a su militancia desde los diversos niveles de gobierno, lo que los ha llevado a pagar facturas ajenas, a que la sociedad los califique a todos con el mismo rasero y a pagar los “platos rotos” en las urnas.

Y esto podemos decir que sucede en todos los partidos políticos, aún en aquellos que hoy ganaron las elecciones.

A 17 días de sufrir la peor derrota que su partido haya sufrido en su historia a nivel nacional y en Jalisco, esta agrupación juvenil sale a dar la cara mientras la dirigencia priista aún no se recupera del “shock” y anda en busca de quién se las pague, pues nadie en la cúpula ni en las instancias donde se toman las decisiones quiere asumir su responsabilidad.

En su mensaje, Pulido Kim asegura que “estamos dispuestos a reconocer nuestros errores en conjunto; estamos dispuestos a hacer lo que dejamos de hacer. Ahora de manera responsable lucharemos, seremos críticos, pero también tendremos propuestas para cada causa de la sociedad”. Y luego anuncia la puesta en marcha de un movimiento de reconstrucción a través de un “movimiento abierto y sin censura: Catarsis”.

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua, catarsis significa: “Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda”. O: “Feceto purificador y liberador que causa la tragedia en los espectadores, suscitando la compasión, el horror y otras emociones”.

Creo que cualquiera de las dos definiciones embonan muy bien en los priistas, de ahí que mejor designación para su movimiento no pudieron encontrar estos jóvenes que, como se comprometió Fernando Pulido, tendrán que darse a la tarea de demostrar con hechos, con acciones y con decisiones su compromiso de disculparse con la militancia y sus simpatizantes, pues no pueden estar de brazos cruzados para ver cuándo y cómo las cúpulas de su partido, nacional, estatal y municipales, reaccionan y actúan en consecuencia a la tragedia que vivieron la pasada jornada electoral.

Ojalá, pues, que estos jóvenes del Movimiento Juvenil Mexicano no se conviertan en réplica de muchas otras organizaciones, grupos o movimientos que se generan al interior de los partidos -en este caso del PRI-, y llegado el momento de tener la oportunidad no sólo de obtener candidaturas sino de llegar a ocupar cargos públicos, incurren en aquellas conductas que criticaron y reprobaron, decepcionando a quienes pusieron su confianza en ellos en espera de concretar en los hechos una verdadera renovación -más que refundación- de su instituto político.

Vale la pena guardar este video, pero manteniendo presente su contenido, para cuando llegue el momento comparar lo dicho con lo hecho, y que sean los propios priistas quienes les reclamen o les reconozcan a estos jóvenes políticos del MJM sus dichos y sus acciones.

Al tiempo.