Por Gilberto Pérez Castillo

La mayoría de los militantes del PRI ven con impotencia como ese partido está dejando la oportunidad de recuperarse en la elección del 2009 por el pleito interno que sostienen los cada vez más reducidos grupos de Arturo Zamora Jiménez y Javier Galván Guerrero.

El ex Candidato a Gobernador y el Dirigente Estatal Priista están enfrascados en una lucha sin tregua desde que el segundo se negó a cederle al primero la Presidencia del Comité Estatal después de la elección del julio del 2006. Y a pesar de ambos representan a dos reducidas minorías, estos dos personajes mantienen prácticamente paralizado al PRI, mientras el resto de los grupos observan cómo los errores y las divisiones del PAN son desaprovechados por el Priismo.

Por eso cada día crece el número de grupos internos y de personajes del Priismo que creen urgente un cambio en el Comité Directivo Estatal, sin que esté relevo signifique mantener al PRI como rehén de la pelea de estos dos grupos y sin que la renovación signifique el triunfo de uno de estos equipos para beneficiar sólo a los propios y para combatir a los de enfrente o dejar afuera a los miembros de otras expresiones internas.

También crece la idea de que debe ser aprovechada esta coyuntura para impulsar el relevo generacional en la conducción del Partido, a través de una transición pactada en la que los más viejos no aplacen más esta renovación y en la que los jóvenes no traten de mandar a la jubilación definitiva a los cuadros de mayor edad.

En ese mismo sentido la mayoría está empezando a optar por la idea de que la renovación del Comité Estatal se dé a través de una concertación encabezada por la Dirigencia Nacional en lugar de pasarla por una elección que profundice el pleito entre Zamora y Galván y que acabe dividiendo más al Priismo.

Ni Zamora ni Galván

La mayoría de los grupos internos y de los cuadros del PRI en Jalisco piensan que nada positivo han obtenido del pleito que mantienen desde el año pasado Arturo Zamora y Javier Galván. Por eso ambos se han ido quedando solos.

Sin embargo, la obsesión de Javier Galván de no dejar la Presidencia Priista, para no permitir ninguna probabilidad de que Zamora se quede con ella, y la ambición de este último por hacerse del control del Partido, han impedido que el cambio se dé. Muchos ven necesaria la salida de Galván de la Presidencia del Partido porque éste comparte su tiempo entre la Diputación Local que ocupa y las tareas en el PRI, pues consideran que la tarea partidista requiere a alguien de tiempo completo, después de los resultados obtenidos en las elecciones de julio pasado.

Por eso se empieza a promover dentro del PRI la idea de impulsar una fórmula de renovación priista que impida que ese Partido siga siendo rehén de estos dos grupos, que además son ya minoritarios.

La opción que empieza a permear entre los priistas es la de la conformación de un Comité Estatal en el que estén representadas, debidamente, y sin ventajas, todas las corrientes que integran el priismo jalisciense, para que éste les genere confianza a todos los grupos y se ponga a trabajar en la reconstrucción del PRI rumbo al 2009 y al 2012.

Para alcanzar ese acuerdo, proponen que el Comité Ejecutivo Nacional, que encabeza Beatriz Paredes, sea el mediador.

Relevo generacional

Mientras el PAN ha avanzado con prisas en su renovación generacional, el PRI sigue aplazando ese paso. Pero muchos empiezan a pensar que ese relevo no se puede prorrogar y por eso consideran que ya deben hacerse a un lado y declinar a sus aspiraciones de convertirse en Presidente del Comité Estatal personajes como Arturo Zamora Jiménez, Ismael Orozco Loreto, José Socorro Velázquez, Francisco Morales Aceves, Jesús Lomelí Rosas, Daniel Hernández Loza, Leobardo Alcalá Padilla y Javier Guizar Macias.

En ese sentido, deberían cederse los espacios del Comité Estatal a los integrantes de la generación que integran priistas como Alberto Mora Martín del Campo, Hortensia Noroña, Miguel Castro Reynoso, Aristóteles Sandoval, Héctor Pizano Ramos, Héctor Vielma Ordoñez, Héctor Robles, Abel Salgado, Alberto Uribe Camacho, Juvenal Esparza, Javier Marconi Montero, Fabiola Cuán, Gloria Judith Rojas y Juan Alcalá Dueñas.

La clave para esta renovación estaría en encontrar la fórmula para que los más jóvenes garantizaran los derechos de los más viejos a seguir participando en el Partido y a participar en los procesos electorales del 2009 y del 2012.

La urgencia de la integración de nuevo militantes jóvenes a las filas del PRI, la necesaria renovación directiva del Partido, y el cansancio de ver como dos pequeños grupos mantienen como rehén al priismo es lo que está impulsando esta alternativa, misma que para concretarse requeriría de un profundo acto de generosidad de las nuevas y las viejas generaciones en el reconocimiento de las mutuas capacidades y representatividades.

Concertación en lugar de Elección

Priistas cercanos a Javier Galván y Javier Guizar presumen la posibilidad de que el actual Dirigente Estatal del PRI adelante su renuncia y presione a la elección de la nueva dirigencia a través del Consejo Político Estatal, donde ese grupo mantiene la mayoría. Así mantendrían el control del Partido y evitarían que Zamora pueda ganar el control.

Por su parte Arturo Zamora impulsa la idea de una candidatura de unidad controlada por quienes apoyaron a Beatriz Paredes en la pasada elección de la Dirigencia Nacional, en la que Javier Galván apoyó al derrotado Enrique Jackson. Así, cree Zamora, crecerían las probabilidades de arrebatar el control del PRI Jalisco.

Ante estas alternativas, otros grupos y cuadros del PRI empiezan a ventilar una tercera vía, la que buscaría integrar a todas las expresiones importantes del priismo en un Comité Estatal compartido que permita la transición generacional y que rompa el pleito Zamora-Galván.

Con esta fórmula ningún grupo mantendría el control del PRI, lo que garantizaría a todas las expresiones las condiciones para pelear en igualdad de circunstancias las candidaturas que estarán en juego dentro de año y medio.

Estas son las condiciones en las que se encuentra actualmente el PRI en Jalisco, mientras el PAN mantiene una guerra interna implacable y mientras los gobiernos de Acción Nacional se están empeñando en cometer toda clase de abusos y errores que seguramente tendrán un costo electoral en el 2009.

Pero
el PRI no está haciendo lo necesario para capitalizar todos esos errores y excesos del panismo.