Julio César Hernández
Cualquier maloso que vea esta fotografía podría imaginarse el siguiente diálogo entre el ex rector Raúl Padilla López y un atento gobernador Emilio González Márquez:
– Mira Emilio, todo eso hasta donde alcanzan ver tus ojos, a lo largo y ancho de la línea del horizonte, es territorio padillista…
– ¡Guau, Raúl! ¿Y algún día yo podría tener algo así, por ejemplo en Nuevo Vallarta…?
Pero no, no es ese el diálogo que por supuesto se dio entre el presidente de la FIL y el Mandatario estatal, sino que el ex Rector le explicaba a González Márquez o relacionado con la construcción de la biblioteca pública “Juan José Arreola” en la zona de Los Belenes, en donde ambos realizaron una visita de supervisión.
Este es el segundo encuentro que Raúl Padilla y Emilio González sostienen luego de la arremetida que emprendió éste contra el primero, cuando el tema del presupuesto universitario estaba “al rojo vivo” y en el marco del cual el Ejecutivo le recriminó al ex dirigente universitario si era una amenaza de muerte el regalo de las “Catrinas” que le dejó un grupo de estudiantes que se manifestaron en Casa Jalisco el año pasado.
El primer encuentro lo sostuvieron a inicios del 2011 cuando en el informe del presidente municipal de Tlaquepaque, Miguel Castro Reinoso, González Márquez y Padilla López se estrecharon la mano y aquel felicitó al segundo por el éxito de la Feria Internacional del Libro.
Claro, sin contar la visita que el Gobernador le hizo una alegre noche a Padilla en su domicilio, precisamente cuando estaba en su momento más álgido el desencuentro entre el Mandatario y el grupo universitario.
Pero, bueno, quien tenía que ceder era el Ejecutivo, pues no podía mantener un “rompimiento” definitivo con uno de los principales y más fuertes grupos de poder en Jalisco, y mucho menos si se trata de la máxima Casa de Estudios.