Julio César Hernández
Si la estrategia fue hacerse oir en el Comité Ejecutivo Nacional, le fue bien; si el propósito era “tumbar” al dirigente estatal del partido, Antonio Magallanes Rodríguez, entonces le fue mal al presidente municipal de Tlajomulco, Enrique Alfaro Ramírez, cuyos simpatizantes “tomaron” las instalaciones del PRD en demanda de la destitución de Magallanes Rodríguez.
El domingo, los “alfaristas” tuvieron que entregar la sede perredista, tras pláticas llevadas a cabo en el D.F. por representantes de ambas partes en conflicto, pero prácticamente a cambio de nada, pues si bien se trabajará sobre cuatro puntos, nada asegura que ellos obtendrán algún beneficio.
De entrada, se “toparon con pared” en su demanda de renuncia de Magallanes, luego de que el delegado de la comisión nacional del PRD, Ricardo Ruiz, declaró que eso no está a discusión, pues para ello existe un procedimiento estatutario y existen los momentos establecidos para los relevos.
Los otros puntos a tratar con la mediación del CEN son: Integración y funcionamiento de los órganos de dirección del partido, la generación de instancias institucionales plurales para la toma de decisiones, la relación del PRD con sus autoridades locales (entiéndase el Ayuntamiento de Tlajomulco) y la revisión del proceso de afiliación.
Si de todo lo anterior algo logran sacar a su favor, los “alfaristas” podrán decir que valió la pena el “plantón”, aunque si las ganancias son pírricas, entonces estarán confirmando que todo fue  “mucho ruido y pocas nueces”.
Ahora, claro, habrá que ver si después de todo esto, Enrique Alfaro se convence de reafiliarse nuevamente al PRD, pues confirmará que sólo dentro podrá obtener algo, desde afuera, nada.