Julio César Hernández
Algo tendrá que hacer el alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval Díaz, para ya no sumar a su cuenta más “tropiezos” que podrían costarle caro en su propósito de convertirse en el candidato del PRI a la gubernatura en el 2012.
Esa semana tendrá que decidir si va o no con la Línea 2 del Macrobús, de lo que dependerá la pérdida o no de mil 100 millones de pesos que la Federación dispuso para esta obra de movilidad sobre la que, por cierto, tanto lo han presionado los empresarios locales.
Y es que mientras el alcalde de Zapopan, Héctor Vielma, ha declarado que a él nadie le pone plazos en la toma de decisiones, Aristóteles carga con toda la presión de este tema.
Pero a reserva de lo que suceda a finales de esta semana en torno a este punto, tras la cancelación de la adjudicación directa para la renta de patrullas, tuvo que dar marcha atrás también en su propósito de construir un túnel vehicular en La Minerva, ante la oposición de los vecinos.
Elegantemente se dijo que se “posponía” el inicio de los trabajos -programados para mediados de noviembre-, un mes más, que dizque para continuar con la consulta ciudadana y sociabilizar más el proyecto. Pero curándose en salud, Sandoval Díaz ha dicho que si los vecinos no quieren la obra, no se hará.
Al respecto, Claudia Delgadillo, secretaria de Promoción Social de Guadalajara, anunció que se ampliará la consulta con los vecinos y que se instalará un módulo de información en la zona. “La ciudadanía es la que decidirá si se lleva a cabo o no la obra, para nosotros es muy importante que ellos estén de acuerdo”, dijo la funcionaria.
Para no pocos analistas, es un hecho de que este túnel no se efectuará por la resistencia de los ciudadanos, sumándose así un fracaso más en la toma de decisiones del presidente municipal tapatío, como lo fue la adquisición de laptops en mal estado, el túnel sobre la avenida alcalde, la adjudicación para la renta de patrullas… más lo que se acumule en esta semana.
En este tenor, hay quienes aseguran que Aristóteles Sandoval debe de tomar una de las decisiones más importantes en su administración que muchos le aplaudirán: el relevo de algunos miembros de su gabinete y en su equipo de asesores.
Dicen que esta decisión debe de ser de “extrema urgencia”, para beneficio del propio Aristóteles.
La pregunta es: ¿Lo hará o padecerá del “síndrome Fox”?