Julio César Hernández
¿Qué tan cierto es que los dos alcaldes más reacios a aceptar que el proyecto de la Línea 2 del Macrobús transite por sus municipios están a punto de ceder, ante la presión de que son objeto por parte del sector privado y la supuesta pérdida de los recursos del FONADIN si no se firma el contrato a más tardar el día último de este mes?
¿Qué hay de cierto que el hecho de que el edil tapatío, Jorge Aristóteles Sandoval, se haya “sacado de la manga” el famoso Tren de Levitación Magnética -que ya se ha dicho no está en operación en ningún lado-, es en realidad una maniobra para zafarse del compromiso de campaña de no al macrobús y sí al Tren Ligero?
¿Qué hay de cierto que, de esta manera, Sandoval Díaz aceptaría dar “luz verde” a la Línea 2 del Macrobús, so pretexto de que también se concretaría el ya polémico Tren de Levitación, aun y cuando se estima que en lo que resta de su administración no estarán concluídos ni siquiera los estudios y de que su compromiso de campaña fue impulsar una nueva línea del Tren Ligero?
¿Qué hay de cierto que Héctor Vielma aceptaría también la Línea 2 del Macrobús, siempre y cuando le sea rehabilitado el viejo camino a Tesistán, que pasa por donde está ubicada la Preparatoria 7 de la Universidad de Guadalajara?
¿Qué hay de cierto, pues, que ya se comienza a preparar todo para que la Línea 2 del Macrobús sea una realidad?
Al menos todo lo anterior es lo que se dice en los corrillos del sector privado, desde donde apoyan al Gobierno del Estado para que saque adelante su nueva ruta del BRT…
Eso dice, eso dicen… y bien cuentan que “cuando el río suena, es porque agua lleva”. ¿Será?