El diputado Alberto Esquer Gutiérrez concretará lo que pronosticamos tiempo atrás cuando decidió, junto con sus compañeros diputados Guillermo Martínez Mora y Víctor Manuel Sánchez Orozco prácticamente romper con su bancada en el Congreso del Estado y aliarse a la fracción alfarista del Partido Movimiento Ciudadano: renunciará al PAN y se integrará al partido alfarista.
Lo que pareciera ser una falta de respeto al PAN y al panismo al que perteneció alrededor de una década -como en la que incurrió Diego Monraz Villaseñor cuando se apostó a los pies del monumento a Manuel J. Clouthier para pedir a sus entonces correligionarios que sin vergüenza alguna se unieran al ex priista y ex perredista Enrique Alfaro Ramírez-,  Esquer Gutiérrez despotricará contra el partido que lo hizo dos veces diputado a los pies de la estatua de Efraín González Luna.
Los últimos prófugos del panismo son reflejo fiel de los neopanistas que llegaron al PAN cuando éste llegó al gobierno y sin mérito alguno de trabajo partidista engrosaron las filas de funcionarios que arribaron al poder y, a partir de entonces, vivir del erario público, del que se resisten a estar fuera y que por ello, al advertir que las posibilidades de seguir haciéndolo en su partido son nulas, prefieren darle la espalda, traicionarlo, y sumarse a un partido político que ha abierto sus puertas a los renegados de su partido de origen.
Alberto Esquer fue priista cuando el PRI estaba en el poder y lo dejó cuando a los priistas ese poder se le fue de las manos. Entonces se dejó “encantar” por el PAN cuando éste le arrebató el gobierno al PRI. Se dice que quien lo llevó al PAN fue el ex secretario de Desarrollo Rural de Emilio González Márquez, Álvaro García, contra quien existen señalamiento de corrupción en su paso por dicha secretaría.
Esquer Gutiérrez carga con al acusación de sus propios compañeros (o ex) de partido, concretamente del hoy senador José María Martínez Martínez, de haber sido de los legisladores federales que pidieron “moche” a alcaldes de su distrito a cambio de “bajarles” recursos para ciertas obras. Alberto siempre lo negó, pero nunca convenció.
Hoy Alberto Esquer Gutiérrez simplemente sigue el mismo camino de quienes se niegan a dejar de vivir del presupuesto público, pues cuenta con la promesa del Partido Movimiento Ciudadano de hacerlo su candidato a la presidencia municipal de Zapotlán el Grande, luego de que advirtió que difícilmente lo sería bajo las siglas del PAN tras perder la dirigencia del comité municipal, pues quiso jugar a no perder y engañó a quienes lo derrotaron en la contienda interna al negociar con quienes eran sus adversarios.
Esa es, en síntesis, la historia del panista que hode jará de serlo y se refugiará en los “brazos” del Partido Movimiento Ciudadano.