Ayer como cardenal en activo y arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, la hizo de “abogado”, “investigador” y hasta de “policía” con el caso del asesinato de su antecesor Juan Jesús Posadas Ocampo, lanzando acusaciones del crimen a diestra y siniestra sin prueba alguna más que sus dichos.
Hoy como cardenal emérito, Sandoval Iñiguez pretende hacerla de experto, ingeniero y técnico asegurando que la obra de la Línea 3 del Tren Ligero ha provocado daños en iglesias y viviendas, todo por la “necedad” de trazar esta obra por el Centro Histórico de Guadalajara, declaración que provocó que el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz le respondiera ayer ante el secretario de Comunicaciones y transportes, Gerardo Ruiz Esparza, al decir:
“Es falso, él (Sandoval Íñiguez) ni es ingeniero ni es técnico. Además, con las autoridades que representan ahora el Arzobispado (cardenal José Francisco Robles Ortega) son con las que estamos hablando; tenemos toda la tecnología de manera puntual. Revisando, no hubo ningún daño”.
Sabedor de que las palabras de Juan Sandoval tienen aún peso entre la feligresía y un importante sector de la sociedad jalisciense, Sandoval Díaz afirmó: “No puede, con su visión, afectar la vida colectiva, el desarrollo, la competitividad, la inversión, el crecimiento, la reducción de emisión de contaminantes, la reducción de accidentes, el traslado, el tiempo de las familias…”.
¿Qué es lo que busca o pretende el cardenal emérito Juan Sandoval que en este mes ha hecho en dos ocasiones declaraciones públicas, una de ellas a través de un desplegado que mandó publicar en varios diarios locales, que tituló “Los platos rotos” y que tiene que ver con el “gasolinazo”, y ahora con el tema de las presuntas efectaciones de la obra de la  Línea 3 del Tren Ligero? ¿Será que simplemente extraña los reflectores que antes de su retiro lo acompañaban a todas partes? ¿Será que mientras antes los medios de comunicación iban a él, ahora él va a los medios de comunicación?
En aquel desplegado publicado el viernes 10 de febrero -que prácticamente no tuvo eco-, el cardenal Sandoval Íñiguez fue bastante duro en sus aseveraciones. Por ejemplo: “¿Por qué le han de cargar al pueblo todo el peso de la ineficiencia y la corrupción de los que dirigen nuestro país? (…). No cabe duda que la corrupción y la torpeza arruinaron esta industria nacional (la petrolera). (…). La causa del desastre es la torpeza con que se ha manejado esta industria tan noble (…). ¿Por qué? Porque está saqueada, porque es la caja, no chica, sino muy grande del Gobierno, y también el botín del Sindicato petrolero que ha fabricado ricos y más ricos a lo largo de muchos años…”.
Luego se pregunta por qué en Estados Unidos es más barata la gasolina que en México, donde hay un impuesto sobre impuesto que nunca se acaba, y entonces pregunta: “¿Cuál sería la solución? Sería que dejaran de robar y que devolvieran lo robado, que no es poco. ¿Dónde están esos millones y millones que han saqueado y que no se quedan en el país?”.
Y agrega más adelante:
“Si se moderaran los sueldos, si devolvieran lo que robaron, si castigaran a los que roban y defraudan, sería otra cosa”. Y clama:
“¡Cómo quisiéramos políticos patriotas que no entregaran el país, que amaran a nuestra patria y no entregaran las riquezas a los de fuera! ¡Cómo quisiéramos políticos que, salidos del pueblo, lo amaran, sintieran con él, vieran sus angustias y quisieran remediar sus necesidades!”.
Esta sorpresiva aparición pública del cardenal emérito Juan Sandoval hablando de temas polémicos, que han generado irritación en la ciudadanía, ¿es con el mero propósito de generar conciencia entre los hombres del poder? ¿O cuál es el objetivo? ¿Por qué pagar desplegados de prácticamente media plana para hablar de un tema del que el actual representante de la Arquidiócesis de Guadalajara, de la Iglesia tapatía, como es el cardenal Robles Ortega, lo ha hecho ya en varias ocasiones no sólo ante los medios locales sino en su papel como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano?
¿Qué es lo que busca don Juan? ¿Simplemente desahogarse?