Estamos a 48 horas de que arranque la edición número 35 de la Feria Internacional del Libro y, a diferencia del año pasado, se efectuará en el marco de la declaración de guerra del gobernador Enrique Alfaro Ramírez en contra del presidente de la FIL y ex rector Raúl Padilla López, a quien ha acusado de hacer negocios personales con recursos públicos y a cuyos colaboradores -todos ellos directivos de la Universidad de Guadalajara, comenzando por el rector Ricardo Villanueva Lomelí- los ha calificado de “lacayos” y “pillos”, aunque sin mencionarlos por nombre y apellidos.

Aunque aún no hay nada confirmado, se da por hecho que en esta ocasión el gran ausente de la fiesta editorial será precisamente el gobernador Alfaro Ramírez, pues se descarta que después de todo lo que ha dicho en contra de Padilla López y demás directivos universitarios, tenga la osadía de hacer acto de presencia… aunque todo puede ser posible.

El ambiente local que envuelve esta nueva edición de la FIL, que comienza el próximo sábado 27, contrasta con el que reinaba hace un año -el 28 de diciembre del 2020-, cuando iniciaba en medio de severas críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador a la FIL y a su presidente, Raúl Padilla López.

Paradójicamente, en aquella ocasión quien salió en defensa de la Feria Internacional del Libro y de su organizador como presidente, Padilla López, fue precisamente el gobernador Alfaro Ramírez, quien en su discurso hizo fuertes declaraciones que fueron interpretadas como severas críticas a la postura presidencial.

Para la historia de la FIL quedaron estas palabras que Alfaro Ramírez emitió en la inauguración del evento. Dijo:

“Los libros hacen que las mentiras tengan fecha de caducidad; dentro de ellos yacen las ideas que pueden derrumbar el engaño y eso, precisamente eso, enfurece a los totalitarios, a los identitarios, a los fundamentalistas, a los que quieren abrir las heridas de un pasado que nos duele para convertir el odio de las personas en capital político.

“Por eso, cuando los ‘liberales’ (entrecomilló) que pretenden reconstruir a la nación con guías morales le dicen a la FIL conservadora, lo único que hay que hacer es sonreir ante lo ridículo.

“En estos días aciagos -continuó el Ejecutivo estatal ante la presencia de Padilla López y demás invitados-, en los que lo peor de nuestro pasado aparece todos los días muy temprano, disfrazado de futuro prometedor, en tiempos en los que los dichos valen más que los datos; en los que la verdad y la mentira se confunden; tiempos en los que el libro, la ciencia y la academia son ignorados, atacados y desplazados por dogmas de fe, estamos obligados a dar una batalla por la defensa de las ideas y de la razón”.

Y subrayó: “La FIL es el lugar en el que cada año recordamos que agachar la cabeza y guardar silencio ante la sinrazón, simplemente no es una opción”.

Ahora, apenas un año después, las críticas en contra de Raúl Padilla y la Feria Internacional del Libro -¿será uno de los “negocios” para los que ya no le quiere otorgar recursos estatales?-, no vienen del inquilino de Palacio Nacional sino del que habita Casa Jalisco.

Frente a este escenario similar al del año pasado, pero ahora como protagonista el gobernante de casa, quizás sigan vigentes las palabras que el año pasado pronunció al respecto el rector Villanueva Lomelí. Aconsejó:

“Cuando alguien critica la FIL no hay que enojarse ni desilusionarse, simplemente hay que enfilarse…”.