Hasta el momento ninguna dependencia de seguridad pública ha generado candidatos a una presidencia municipal y mucho menos alcaldes, menos cuando en esa área el desgaste personal de quien la preside es mayor que en ninguna otra. Por eso creo que con la permanencia de Salvador Caro Cabrera como comisario de Seguridad Pública y ahora la designación de Marco Valerio Pérez Gollaz, la lista de aspirantes a suceder a Enrique Alfaro Ramírez en la alcaldía de Guadalajara se reduce.
La llegada de Pérez Gollaz a la titularidad de la Agencia Metropolitana de Seguridad -que lo obligó a solicitar licencia como regidor- le canceló cualquier posibilidad de ser postulado por el partido alfarista Movimiento Ciudadano como su abanderado al municipio en 2018, pues además de ser un cargo meramente burocrático no ofrece el espacio ni la oportunidad para el lucimiento personal que le permita estar en la vitrina pública.
Marco Valerio fue quien como regidor cubrió interinamente las ausencias de Alfaro Ramírez, pero no sería quien lo haga cuando solicite licencia para lanzarse a la aventura como precandidato, primero, y candidato, después, a la gubernatura, pues se da por hecho que esa responsabilidad está guardada para el secretario general, Enrique Ibarra Pedroza.
Las últimas versiones “filtradas” desde el “búnker” naranja es que la candidatura a Guadalajara ya tiene dedicatoria para Ismael del Toro, pero otras voces afirman que el acuerdo es que el ex alcalde de Tlajomulco repita como diputado y coordinador de la siguiente fracción alfarista en el Congreso del Estado en la 62 Legislatura, de ahí que sería otro el designado a suceder a Enrique Alfaro. Pero aún no está todo dicho.
Lo que sí podemos dar por hecho es que ni Marco Valerio Pérez ni Salvador Caro están en esa lista de prospectos, pues mientras que al segundo el tema de la inseguridad pública le ha generado un gran desgaste por el incremento en algunos hechos delictivos, el primero es colocado en esa espiral que lleva a perder la mucha o poca buena imagen de la que gozaba, pues al igual que el Comisario será sometido a una intensa y constante evaluación de su trabajo que tendrá que reflejarse, más que nada, en que la percepción ciudadana sea de que la seguridad pública en Guadalajara ha mejorado, y la verdad eso se advierte muy difícil, por no decir que imposible, pues cuando no es en una zona es en otra donde la delincuencia azota a la población.
No dudamos que a Marco Valerio Alfaro le haya ofrecido otro mejor espacio en la próxima administración, pero por lo pronto ya lo ubicó en su realidad: no será el candidato a la alcaldía de Guadalajara. Al tiempo.