Por Julio César Hernández
Seguramente desde su lugar en la tribuna -a la derecha del presidente del Congreso, Iván Argüelles-, el gobernador Emilio González Márquez advirtió preocupado que rendirá su primer informe de gobierno ante un recinto semivacío.
De un total de 162 butacas para los invitados, 48 de ellas se encuentran vacías, mientras que quedaron en la calle los 18 legisladores federales del PAN, pues no les gustó que los hayan ubicado en “gayola”.
Seguramente que después de que rinda su informe, lo menos que se puede esperar es que el Mandatario estatal llame a cuentas a los responsables de la organización y el acceso a los invitados y les dé las gracias por sus servicios prestados en este primer año de gobierno.
Pero si eso no le corresponde hacerlo a González Márquez, entonces alguien en el Congreso -ya sea Alfredo Argüelles, como secretario general; Iván Argüelles, como presidente; o Jorge Salinas, como coordinador de la bancada panista- deberá darle una explicación del por qué no se llenó el recinto legislativo.
¿O será deveras que a los invitados ausentes no les interesó escuchar el mensaje del Mandatario?