Julio César Hernández
¡Ah, qué nuestros señores diputados!
Armaron todo un alboroto sólo porque en el patio del Palacio Legislativo fue colocada una imagen de la Virgen de Talpa como parte de la exposición que se instaló ahí, junto con otras piezas, para promover la “Ruta del Peregrino” como otro de los atractivos turísticos de aquella zona.
Y es que resulta que no pocas personas, al ver la imagen ahí, se pusieron a rezar, lo que indignó a algunos diputados y casi, casi, pusieron el “grito en el cielo”, ordenando que la imagen de la Virgen fuera retirada, pues argumentaron que el Congreso no era lugar para rezar.
Y la retiraron, para luego colocarla nuevamente, ya aclarado el mal entendido.
Pero, ¿qué esperaban los diputados? Era obvio que cualquier ciudadano, al ver ahí una imagen religiosa, lo primero que iba a hacer era rezar, pero lo que no sabían es que esos rezos eran para pedirle a la Virgen que hiciera el milagro de que nuestros diputados… ¡se pusieran a trabajar!
Y nuestros ingenuos diputados creyendo que confundieron el recinto legislativo con un recinto religioso. ¡Ajá!