Si bien las precampañas terminaron entre la resaca del fin de año y la víspera de la llegada de los Reyes Magos, prácticamente hoy comienzan las intercampañas y alguien debe de estar muy precupado: Jesús Pablo Lemus Navarro, el virtual candidato a la gubernatura de Movimiento Ciudadano, pues concluyó su precampaña e inicia el paréntesis que se abre de 57 días antes de que arranquen las campañas el uno de marzo, sin ser el favorito para ganar la elección y mucho menos registra una amplia ventaja sobre sus dos adversarias, Claudia Delgadillo, de la coalición Seguimos Haciendo Historia, y Laura Haro Ramírez, de la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco.

Más allá de lo que hoy digan las encuestas, que colocan a Morena y sus aliados -como marca- en una posición por arriba o prácticamente empatados con Movimiento Ciudadano, la percepción que se registra entre el electorado y el llamado “círculo rojo” es que hoy nadie puede dar por seguro el triunfo del ex presidente de la Coparmex y mucho menos apostar y poner “todos los huevos en una sola canasta” a su favor. Hoy el escenario de Lemus Navarro está muy, pero muy lejos, del que para estas fechas tenía en el 2018 el hoy gobernador Enrique Alfaro Ramírez, cuyo partido no estaba en el gobierno del Estado ni tenía un candidato presidencial a modo -que entonces era el panista Ricardo Anaya- en cuál “recargarse”; por el contrario, procuraba evitarlo.

Hoy no son pocos los que creen, incluso dentro de Movimiento Ciudadano, que Morena y compañía pueden ganar la gubernatura, como tampoco otros descartan la posibilidad de que algunos o muchos de los votos antimorenistas puedan irse a favor de la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco. Claudia Delgadillo y Laura Haro son vistas como serias rivales para Jesús Pablo Lemus.

Patético resulta para Jesús Pablo Lemus que algunas voces digan que su ventaja como candidato está en la división que reina al interior de Morena y sus aliados, y no en que un sea buen candidato y mucho menos que su labor como presidente municipal de Guadalajara sea su garante para alzarse victorioso. Es más, nadie puede ufanarse de que las filas al interior de Movimiento Ciudadano se hayan cerrado en torno a él como su candidato a la gubernatura, pues nadie ignora que su candidatura y la manera en que la obtuvo no fue del gusto de un gran sector de la militancia que hoy se resiste a darle su apoyo. Dicen que para muestra de ello “basta un botón”: la propia precampaña que dejo mucho qué desear, y cuya responsabilidad se le adjudica no sólo por sus poses de autosuficiencia sino porque contra lo que él mismo creía, no logró del todo hacer “click” con la militancia del resto del estado.

Muestra de ello, a decir de no pocos, fue la multitudinaria concentración registrada en Ameca durante la visita de la fórmula de candidatos al Senado, Alberto Esquer Gutiérrez y Mirza Flores Gómez, lo que nunca se vio en ningún municipio que visitó Lemus Navarro. Ni en Tepatitlán a donde llevó a un buen número de “acarreados” de la zona metropolitana.

Jesús Pablo Lemus tendrá que entender que el resto de Jalisco no es la zona metropolitana y mucho menos el Paseo Alcalde de donde no salía como aspirante a la candidatura, por lo que tendrá no sólo que tener la humildad para reconocer que aquello de que “sólo conmigo gana Movimiento Ciudadano” fue una mentirsa total que sólo él se la creyó, sino aceptar ayuda de quienes sí entienden no solo cómo se hace política sino como se realiza una campaña para ganar, porque hoy no tiene atrás de él a un Juan José Frangie y, mucho menos, está a la sombra de quien lo llevó al triunfo en el 2015, 2018 y 2021 como fue el gobernador Enrique Alfaro Ramírez.

Para éstas fechas en el 2018, Alfaro Ramírez no enfrentaba el escenario que hoy tiene Lemus Navarro por una sencilla razón: todos en Movimiento Ciudadano estaban unidos en torno a su candidatura. Hoy no sucede lo mismo. Además, su paso por el gobierno de Guadalajara gozaba de mayor reconocimiento ciudadano del que hoy tiene Jesús Pablo, quien dejó mucho qué desear, no cubrió las expectativas que en el 2021 generó entre los tapatíos, y al que la ciudad le quedó bastante grande.

Así, pues, si Jesús Pablo Lemus quiere ganar la elección en junio próximo, no deberá atenerse a que la división termine por fracturar a Morena y a sus aliados, pues la campaña morenista podría tener un giro muy diferente a como fue la precampaña, amén de que no puede descartarse de que, como el Estado de México, Jalisco haya sido “negociado” en Palacio Nacional o en aquel viaje al que el presidente López Obrador invitó al gobernador Enrique Alfaro hacer en el Tren Maya, ahí junto a él, dicen las “malas lenguas”.

Y si no, al tiempo…