¿Quién dentro del partido Movimiento Ciudadano se atreve a hablarle de frente, a la cara, al líder moral, Enrique Alfaro Ramírez? ¿Quién tiene las agallas para decirle sus verdades, para señalarle sus errores o lo que no hace bien?
Pues hoy nos enteramos que eso no lo hace ninguno de los integrantes del equipo compacto alfarista salvo el coordinador de la bancada naranja en el Congreso del Estado, Ismael del Toro Castro. No lo hace Hugo Luna, jefe de Gabinete; no lo hace Enrique Ibarra Pedroza, secretario general del Ayuntamiento; no lo hace Clemente Castañeda, coordinador de la fracción parlamentaria en San Lázaro; y tampoco  lo hace Alberto Uribe Camacho, presidente municipal de Tlajomulco.
Ya ni para qué mencionar a quienes se sumaron después al equipo ampliado como Salvador Caro o cualquiera del resto de los diputados federales y locales del partido Movimiento Ciudadano, y mucho menos aquellos ex panistas que se incrustaron en las filas pemecistas para no vivir fuera del presupuesto luego de que su partido perdió el poder en el estado tras 18 años de mantenerlo en sus manos, o los empresarios a los que les dio candidaturas y colocó en algunos espacios de la administración municipal.
Y mucho menos acordarnos del coordinador estatal del partido, Guillermo Medrano.
Y es que lo que declaró Del Toro Castro al periódico Mural y que se publica en su edición de hoy lunes es contundente, categórico e… ¿irrebatible?. Esto declaró Del Toro:
“Enrique y yo nos conocemos desde hace 20 años (…). Yo soy el único de los integrantes de MC que le dice a Enrique Alfaro las cosas tal cual, y él me las dice a mí, y nos llevamos como amigos, como compañeros de causa; por supuesto le reconozco el liderazgo de todo este trabajo que venimos haciendo desde hace muchos años, pero Enrique y yo somos, antes que otra cosa, amigos.
“Y como amigo yo soy el único que le dice las cosas de frente cuando se equivoca y, además, gozando de esa confianza puedo decir con claridad que me escucha y hace caso cuando se equivoca”.
De esta manera Ismael del Toro despeja cualquier duda sobre quién es quién en el equipo compacto del alfarismo y quién si se atreve y quién no a decirle sus verdades al jefe político del grupo.
La pregunta que deja al aire es: ¿Y qué le dicen a Alfaro el resto de los integrantes de este equipo? ¿Le mienten? ¿Le dan “por su lado”? ¿Le dicen lo que él quiere oír? ¿Les da miedo hablarle de frente? ¿No le tienen la confianza para decirle las cosas como se las dice Del Toro? ¿Guardan silencio y sólo observan o dejan pasar las equivocaciones o errores de su líder político? ¿Cierran los ojos y la boca?
En esta misma entrevista Ismael del Toro Castro dejó en claro que no está de acuerdo con los asesores en comunicación -¿será a los que les destinan millonarias sumas de recursos públicos o quienes cobran porque otros hagan su trabajo?- de Enrique Alfaro Ramírez que lo hacen cometer una serie de errores, y por segunda ocasión lo hace patente públicamente. La primera vez fue cuando en una propaganda de MC acusaron al gobernador Aristóteles de haber desviado varios millones de pesos del erario público, que le valió que el PRI interpusiera una queja en su contra ante el Instituto Electoral del Estado que ya le dio curso.
Ahora cuestiona y critica que dichos asesores mal aconsejaron al alcalde de Guadalajara para que interviniera en la discusión sobre la reforma electoral. Ismael señaló:
“Enrique cometió algunos errores de comunicación, inducido por su equipo de comunicación, eso sí lo tengo que reconocer (…). Creo que tuvo un mal día posterior a la reforma, inducido malamente por gentes que le asesoran mal en los temas de comunicación”.
Y luego reveló lo que le dijo a Alfaro: “Que no se deje mal influenciar por los que no tienen la serenidad de hacer política, los que quieren ganar las primeras planas (en los periódicos)…”.
Así, de voz propia de Ismael del Toro nos enteramos de cómo andan las cosas al interior del alfarismo y de su partido Movimiento Ciudadano. Y la conclusión es que no andan nada bien.