Con escepticismo e incredulidad fue tomada en Jalisco la revelación de que el nombre del gobernador Enrique Alfaro Ramírez estaba en la lista de funcionarios contra los que presuntamente atentaría el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), según lo habría declarado uno de los detenidos por la agresión en contra del secretario de Seguridad de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.

Quien hizo pública esta información el jueves pasado fue el propio Alfaro Ramírez al Grupo Reforma, luego de que la presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, declarara en rueda de prensa ese mismo día que ha recibido amenazas de muerte si se metía con el Mandatario jalisciense por la investigación del asesinato de Giovanni López.

El viernes, en su rueda de prensa mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que giró instrucciones para que se incrementara la seguridad física tanto de Piedra Ibarra como de Alfaro Ramírez, y ahora vemos que fuera de Casa Jalisco hay elementos de la Guardia Nacional.

Desde el mismo jueves legisladores de Movimiento Ciudadano se dieron a la tarea de enviar mensajes de solidaridad a su jefe político a través de sus redes sociales, mientras que en contraste no pocos analistas cuestionaron la veracidad o plantearon sus dudas de esa supuesta amenaza por la “coincidencia” de que se da a conocer -por el propio gobernador y no por un funcionario federal-, apenas horas después de la revelación de Rosario Piedra. Un “halo” de sospechosismo cubrió la noticia de Alfaro.

Y razones no faltan, pues hay algunos “huecos” en esta historia a partir del atentado contra García Harfuch a los que no se les encuentra explicación y que fortalezcan la versión de existe una amenaza en contra del mandatario jalisciense. Aquí enumero algunos:

  1. Luego del atentado contra Omar García el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, reveló que días atrás se habían enterado, por trabajos de inteligencia, que había una lista de miembros del gabinete contra los que atentaría el CJNG: además del propio García Harfuch, estaba el mismo Durazo; el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto. No se mencionó ese día ni en los posteriores que apareciese el nombre de algún gobernador en esta lista de probables víctimas.
  2. El presidente López Obrador reveló días después que aunque no sabían quién sería el objetivo del atentado, solamente que era un funcionario de alto nivel, desde 10 días antes conocieron que varios hombres se trasladarían a la capital del país para cumplir su encomienda. O sea, se supo de una amenaza con antelación.
  3. A sabiendas de que uno de los hombres del gabinete con el que Alfaro tiene mejor relación es precisamente Alfonso Durazo, ¿no era de esperarse que de haberse sabido que entre los objetivos del crimen organizado estaba el gobernador de Jalisco, le hubieran notificado inmediatamente y reforzado su seguridad? No sucedió así porque significa que el Centro Nacional de Inteligencia no tenía un probable suceso de esta naturaleza.
  4. El atentado contra García Harfuch sucedió la mañana del jueves 26 de junio, y no fue sino hasta seis días después -el jueves 2 de julio- cuando Enrique Alfaro dijo a Reforma que el Centro Nacional de Inteligencia le notificó que uno de los sujetos detenidos reveló que se planeaba un atentado en su contra. ¿Tardaron seis días para conocer contra quién más pretendían atentar? ¿Y si en ese lapso lo hubieran llevado a cabo? La información se conoció por una supuesta declaración, no por un trabajo de inteligencia.
  5. Entre los detenidos están varios individuos originarios de Jalisco, entre ellos el jefe del CJNG en Tonalá, originario de Puerto Vallarta, y nada se sabe antes, ni a nivel federal ni a nivel estatal, de un presunto atentado en contra del gobernador de Jalisco. ¿Dónde está el trabajo de inteligencia federal y estatal? No hay nada.
  6. Entre el atentado a Omar García -26 de junio- y la revelacion de que Alfaro está en la mira de la delincuencia organizada -2 de julio-, ¿qué hizo el gobernador? Se fue de fiesta de cumpleaños a Punta Mita, Nayarit, un estado que no gobierna y donde no cuenta con las medidas necesarias de seguridad ante la posibilidad de un atentado. Y, además, ¿se va por carretera sin preocupación alguna? ¿O se trasladó en una aeronave del gobierno del Estado para un asunto no oficial sino estrictamente personal?

Cabe destacar que no es la primera vez que el gobernador Alfaro Ramírez recurre a una narrativa que pretende infundir miedo entre los jaliscienses. Ya lo hizo precisamente hace poco más de un año cuando mientras él andaba de gira por Chicago se registraron aquí tres ataques en contra de elementos de la Fiscalía del Estado. (Leer Entre Semana: Alfaro: el discurso del miedo NTR Guadalajara 25/06/2019 https://ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=12878)

A su regreso, en un encuentro con elementos de la Fiscalía ahí en sus instalaciones, declaró que los agresores llevaron a cabo los atentados a sabiendas de que él estaba fuera del estado, y que “lo que se buscó hacer el viernes fue un atentado de dimensiones nunca antes vistas en nuestro estado”, señaló textualmente, y agregó que el plan de los delincuentes “era mucho más amplio, atentar contra la vida de muchos más elementos de la fiscalía”.

De lo anterior ha transcurrido más de un año y no se ha vuelto a pretender un “atentado de dimensiones nunca vistas en nuestro estado” ni a “atentar contra la vida de muchos más elementos de la Fiscalía”, como lo pregonó el mandatarios estatal ese día.

Así, pues, aplaudimos que la seguridad del gobernador Alfaro Ramírez sea reforzada, pero hay discursos que requieren de una argumentación más sólida, más creíble, en otras circunstancias, para no recurrir a aquella famosa frase del “Precio de la Historia” que mucho utilizan los jóvenes de ahora cuando hay la sospecha de que la realidad no es como la pintan: “No lo sé Rick…”.