Al ex dirigente sindical de la Coparmex, Pablo Lemus Navarro, le dolió hasta la “médula” lo publicado aquí el jueves pasado y titulado ¿”Pensar en grande” o “pensar en (los) grande(s)… intereses”?, donde se revela las verdaderas causas de su frustrada campaña en contra de que la Línea 3 del Tren Ligero sea elevada.
Con máscara de “ciudadano” y “comunicador” -de lo cual está muy lejos de serlo-, Lemus Navarro pretende engañar a quien lo escucha, argumentando que su oposición a esta obra es porque le preocupa el entorno urbano. Si, quizás esté preocupado del entorno urbano… pero del Country Club.
¿Cómo es que quienes osarán trasladarse a través de ese medio de comunicación, “violarán” visualmente desde las alturas la privacidad de quienes gustan jugar golf a toda hora? ¿Cómo es que tan exclusivo club tendrá como vecino a un armatoste por donde correrá un medio de transporte que reclama la sociedad y que beneficiará a 230 mil pasajeros diariamente?
Bueno, el ex dirigente sindical dice que son mentiras lo publicado aquí en Marcatextos, pero como es natural su inteligencia no le da para comprobar con argumentos válidos que lo dicho aquí no es cierto y recurre al instrumento más corriente y desgastado de quienes se ven descubiertos y se sienten acorralados: la agresión verbal, la descalificación y la acusación de que “están vendidos al gobierno” o el “reciben chayote”.
Así se lo dijo a quien a través de la red social de Twitter le preguntó si lo publicado en Marcatextos era cierto. Esto le respondió el ex dirigente sindical (con su sintaxis, puntuación y errores ortográficos, tan comunes en él):
“Pasquines al servicio del gobierno; solo revisa quién da RT a sus mentiras, es decir @LAMAS_AL; llegó el chayote!!”.
¿Sabrá el ex dirigente sindical qué es un “pasquín”? Me consta que no.
Y como su inteligencia es muy escasa, vuelve a llegar a una conclusión absurda: si te retuitea @LAMAS_AL, entonces ya recibes “chayote”. Es como aquella conclusión a la que llegó de que la línea elevada del Tren Ligero tendrá un “impacto negativo” sólo porque un amigo de él, que es tintorero, le dijo que cerraría sus dos negocios porque esa zona será “un muladar, lleno de oscuridad, grafitti y ruidoso…”.
Quien lo cuestionó vía Twitter, me comentó por la misma vía que Lemus me había acusado de haberlo calumniado, a lo que inmediatamente, sin responder yo aún nada, el ex dirigente sindical atajó:
“No lo acuso, lo entiendo; la necesidad de salir de su fracaso lo hizo aceptar chayote, desde hace años fue así. Pregunta…”.
Valga aclarar que en su respuesta el ex dirigente sindical puso mi nombre, pero por alguna desconocida razón se “apanicó” y decidió borrarlo.
No sé a qué “fracaso” se refiera el ex dirigente sindical, pues yo sigo siendo periodista, ejerciendo mi profesión en importantes y reconocidos medios de comunicación y con una gran cantidad de lectores y radioescuchas que valoran mi trabajo -estén o no de acuerdo con mis opiniones-. Eso sí, yo no pretendo ser lo que no soy: ni empresario ni político.
Hay quienes han fracasado como empresarios, porque no tienen un legado propio tras de sí y sólo han vivido bajo la sombra y el cobijo de sus “padrinos”; quienes, además, hoy usurpan funciones y espacios en los medios de comunicación, tratándose de ganar un “nombre” que como empresarios no han logrado ni lo lograrán siendo lacayos. Y, por si fuera poco, estos fracasados ambicionan llegar al poder, al gobierno, desde el partido que sea… finalmente sus principios son moldeables según sea la “pedrada”.
O sea, quieren ser políticos bajo el disfraz de “ciudadanos”.
Y lo del “chayote”… bueno, pensé que el único “lengua suelta” era un ex presidente de la República, pero ya veo que no. Simplemente espero que lo demuestre, porque yo le demostraré cuánto recibió del erario público para arreglar sus oficinas privadas de la Coparmex.
¡Ah, por último! al ex dirigente sindical le preguntaron si es cierto que vivía por la avenida Ávila Camacho, y respondió:
“Falso totalmente, ni cerca. Puedes preguntar a varios de tus patrones, ellos lo saben…”.
Les revelo que el ex dirigente sindical tiene una casa en exclusivo coto en Ávila Camacho, casi esquina con avenida Patria, que colinda con un terreno donde se instalan los circos y con el exclusivo Country Club, de la cual se está mudando o se mudó apenas hace unos días.