Así se encuentra la clase empresarial de la localidad a raíz de la segunda vuelta que se tendrá que desarrollar para elegir presidente para el Consejo Económico y Social de Jalisco (CESJAL) el próximo martes 18 del presente.
El espíritu del agandalle es el que habita los pasillos de los organismos cupulares de la iniciativa privada.
Y es que la salida por la puerta de atrás de Eduardo Orendaín del CESJAL orquestada por algunos miembros del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ), en particular Tomás López Miranda ha ocasionado enconos, animadversiones, confrontaciones y divisiones en el gremio.
Una muestra lo es; que esta jugada de ajedrez diseñada por estos hombres de negocios ya arrojó al primer cadáver político; en la persona de Mauro Jiménez Iñiguez. Este personaje preside al Consejo Agropecuario de Jalisco (CAJ) y también dirigió los destinos de
Iñiguez Jiménez por el hecho de representar al CAJ le daba el espacio natural en el CESJAL y a la vez de ocupar la silla de
Pero
Y de esa manera permitir ocupar esa posición a Luís Guzmán González, presidente de
Mauro Jiménez no se cansa de emitir declaraciones en el sentido de que fue despojado por el órgano electoral interno del CESJAL y que no se vale ese tipo de argucias. Sólo hay que recordarle a Jiménez Iñiguez que con esa serie de argucias ganó la presidencia del CAJ apoyado por su jefe político Francisco Conejo Cejudo.
A esta novela le faltan muchos capítulos para llegar a su fin; pero lo que demuestra la historia de la misma es que la condición de algunos empresarios de Jalisco que buscan afanosamente el poder por el poder; cada día es más frágil, turbulenta, ambigua y descarada.