Leí este libro como lo hago con todo lo que leo, con ojo crítico pero sin prejuicios ni ánimos preconcebidos. Y lo que encontré no es la gran obra que cambiará el rumbo de la economía mundial del siglo 21 como dicen unos, ni una absoluta basura como dicen otros.

Efectivamente no es una obra técnica colmada de cifras y fórmulas, porque evidentemente no pretende serlo, pero sí la visión de un político con un largo viaje, y hoy gobernante, que intenta dar su visión de los que debe hacerse desde el gobierno con el dinero público, desde la perspectiva de lo que se llama ser de izquierda, progresista o nacionalista.

Al final de cuentas, y por eso los mexicanos debemos leer este libro independientemente de la opinión que tengamos del autor, es la visión de lo que está haciendo el presidente López Obrador y de lo que intentará concretar en México en sus seis años de gobierno.

Una primera parte, en la que cuesta trabajo no estar de acuerdo, presenta un diagnóstico del país hasta la terminación de la administración de Peña Nieto: derroche de los beneficios del petróleo y otros recursos públicos, exención de impuestos y otros beneficios fiscales a las grandes empresas y a quienes más ganan, excesos de burocracia y en el uso de los recursos públicos, corrupción en las compras y obras de gobierno, gastos innecesarios y suntuosos, mala calidad en los servicios públicos y como resultado un país con una amplia y creciente brecha de desigualdad, con todos los efectos que esta conlleva.

A este diagnóstico López Obrador responde exponiendo uno a uno los ingredientes de su programa político-económico: eliminación de obras y gastos suntuosos (aeropuerto de Texcoco, flota aérea presidencial, escoltas para funcionarios, Los Pinos, Estado Mayor Presidencial, viajes al extranjero y demás), su visión del combate a la corrupción, el esfuerzo por distribuir mejor la riqueza (programas sociales directos, inversión en zonas deprimidas, promoción de la producción en regiones pobres y olvidadas) y su apuesta por impulsar la economía de abajo hacia arriba y no como se venía manejando.

Tranquiliza su insistencia de que todo lo que haga lo hará manteniendo una rigurosa disciplina de no gastar más de lo que el gobierno recauda, de no aumentar en términos reales la deuda externa, de no incrementar nominalmente los impuestos y respetando la autonomía del Banco de México.

Una premisa flota en la estrategia: el combate a la corrupción y poner en primer lugar a los pobres sacarán a este país adelante.

Insisto, independientemente de la opinión que uno tenga de López Obrador, es importante leer su libro porque es la visión en conjunto de lo que está haciendo y hará en sus seis años de gobierno.

Al final, si su plan tiene o no sentido, lo veremos al final del sexenio.

Está en Editorial Planeta en versiones de papel y digital.