El pasado episodio del gobernador Enrique Alfaro Ramírez en el Centro Universitario de los Valles (CUValles), donde le profirió a la rectora María Luisa García Bátiz y al secretario administrativo Luis León Dávila las ya famosas frases del “cuida lo que haces” y “nomás mídele bien tus palabras”, dejó en evidencia -o reconfirmó, más bien- una cosa: la soledad del inquilino de Casa Jalisco.

En realidad, y en los hechos, es un hombre solo.

El video donde se observa a un gobernador furibundo enfrentándose a las autoridades universitarias se hizo viral en redes sociales; el hecho se convirtió en noticia nacional y fue retomado ese día y al día siguiente por los más importantes noticiarios de radio y televisión de cobertura en todo el país; y Alfaro Ramírez se convirtió en tendencia en el país en las redes sociales. Si no me equivoco, no había sucedido algo similar en lo que va de su administración.

Y, sin embargo, nadie lo secundó ni salió en su defensa, quizás porque era imposible defender lo indefendible.

El dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, y el senador Clemente Castañeda, desde Monterrey, hicieron una pobrísima y muy débil defensa del gobernador, hablando generalidades, sin entrar al meollo del asunto y mucho menos refiriéndose en concreto a lo sucedido en el CUValles. Bien dicen que ese día, Dante Delgado estaba más preocupado, y le dedicó más tiempo, a “destapar” y hablar de las bondades de Mariana Rodríguez, la esposa del gobernador Samuel García, que a lo sucedido en el Centro Universitario.

Ese día, la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano, sus diputados federales y locales, y sus presidentes municipales, guardaron “estruendoso” silencio. Nadie, ninguno de ellos, salió a decir nada justificando la reacción de Alfaro Ramírez frente a la rectora García Bátiz y a León Dávila. Sólo se dedicaron a atestiguar cómo su gobernador crecía en la tendencia de las redes sociales y cómo le recriminaban en estas mismas redes su conducta frente a una mujer y un hombre que únicamente le hacían ver el retraso en las obras y la falta de más recursos.

Ese día, el presidente municipal de Guadalajara -y a quien parece no caerle mal el desgaste que sufre el gobernador-, se encontraba celebrando con mariachi en Chicago, según lo ventiló en sus redes sociales; mientras el jefe del Gabinete, Hugo Luna, y el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, se encontraban de vacaciones

Después del bochornoso evento en el CU.Valles, el rector general Ricardo Villanueva Lomelí, a través de un video en redes sociales, convocó al Mandatario estatal a un diálogo entre las partes para poner fin a la disputa. Como respuesta, el gobernador Alfaro Ramírez publicó en redes sociales un desafortunado desplegado que fue igual de criticado que sus amenazas a los funcionarios universitarios, pues decía aceptar dicho diálogo pero bajo sus condiciones. O sea, dos tropiezos consecutivos del gobernante.

¿Y qué hicieron los suyos? Mecánicamente retuitear el desplegado, casi más por obligación que convencidos de su contenido y de las razones por las que fue emitido y publicado. Pero otra vez el silencio de los colaboradores del Ejecutivo fue significativo. Quizás porque no encontraron argumentos con qué darle la razón a su jefe. Y el partido a nivel nacional y estatal, simplemente ignoraron ya el tema.

No son pocos los emecistas que confiesan “en corto” que no entienden por qué el gobernador le declaró la guerra a la Universidad de Guadalajara e, incluso, no pocos la reprueban y manifiestan su desacuerdo con ella, convencidos de que finalmente el que saldrá perdiendo es el gobernador Enrique Alfaro.

Así, pues, este evento en el CUValles y sus repercusiones, confirman lo que ya muchos saben: la soledad del Gobernador. Preocupante.