Quizás nunca como ahora es esperada una visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a Jalisco. Vamos, podríamos denominarla “la visita del morbo”.

Y es que hay motivos para que así sea. Enumeremos:

1. Las diferencias existente entre López Obrador y Enrique Alfaro, públicamente reconocidas por el Ejecutivo federal en rueda de prensa “mañanera”.

2. El enfrentamiento sostenido a raíz de la violenta manifestación del 04 de julio, en la que Alfaro Ramírez denunció que estaba detrás el presidente de la República, gente de su gabinete y de su partido Morena.

3. El reclamo y recriminación que le hizo públicamente López Obrador a Alfaro por haberlo involucrado en este conflicto, por mencionarlo por su nombre y por haberle faltado al respecto a él y a la investidura presidencial.

4. El insistente lamento del gobernador Alfaro de que el presidente López Obrador no lo recibe y ni siquiera le toma las llamadas.

5. La participación de Alfaro en tres bloques de gobernadores que abiertamente se han opuesto a decisiones del gobierno federal y han exigido la revisión del Pacto Federal, en ocasiones amenazando con romper con él y en otras matizándolo al decir que sólo quieren una reforma.

6. La insistente queja del gobernador de que el gobierno federal lo ha dejado solo en la lucha contra la pandemia….

Y así podríamos enumerar algunos temas más del por qué la visita prevista de López Obrador a Jalisco el próximo jueves genera expectación, interés, inquietud y morbo, en síntesis.

No podemos esperar que fumen la “pipa de la paz”, que anuncien una tregua ni nada por el estilo. Eso no sucederá conociendo a los dos protagonistas. Es más, volveremos a escuchar el mismo discurso que han emitido en ocasiones anteriores: respeto mutuo, trabajo conjunto, colaboración, coordinación, bla, bla, bla….

Sin embargo, sí existe un interés por esta visita presidencial al Jalisco en momentos en que el estado enfrenta una lamentable racha en ascenso de contagios y muertes por el coronavirus, aunque lamentablemente no hay esperanzas de que se concrete un apoyo del gobierno lópezobradorista para paliar la pandemia. Y no la hay porque existe un antecedente que López Obrador no olvida y porque de alguna manera hoy Jalisco paga las consecuencias: la negativa de Alfaro de sumarse al Insabi.

Se conoció que la agenda de Andrés Manuel en Jalisco registra sólo dos eventos en agenda: 7:00 la tradicional rueda de prensa “mañanera” y 10:30 visita al Cuartel de la Guardia Nacional en Tlaquepaque. No más. En ambos eventos se obliga a estar al pendiente del mensaje presidencial, pues por un lado en el primero dependerá de los cuestionamientos que se le hagan y en el segundo seguramente López Obrador habrá preparado un mensaje particular.

Además, no hay que ignorar que antes y después de visitar Jalisco estará en otras dos entidades muy “calientes”: Guanajuato primero y Colima después.

Así, pues, reitero que nunca como ahora una visita de López Obrador a Jalisco tendrá muchos mensajes. Tanto por lo que diga como por lo que no diga. Pero todo es cuestión de esperar a que suceda.