La fórmula que Jesús Pablo Lemus Navarro les aplicó a Clemente Castañeda, Alberto Esquer, Salvador Zamora y a Verónica Delgadillo durante el proceso interno de Movimiento Ciudadano para definir quién sería el candidato a gobernador, se la pretende aplicar ahora a Claudia Delgadillo y a Laura Haro Ramírez, sus adversarias en la contienda por la gubernatura, a través de encuestas “a modo”. Pero recordemos que el ex presidente de Guadalajara es candidato porque sus rivales se hicieron a un lado ante su imposición por parte del dirigente nacional del partido en el que se niega a militar, Dante Delgado, no porque les haya ganado en una contienda interna donde quizás hoy el candidato tendría otro nombre.

La aparición de la encuesta elaborada por el Grupo Reforma parece ser, más que un reflejo de la realidad, una “bocanada de oxígeno” para quien a pesar de haber sido casi nueve años alcalde de los dos principales municipios de la zona metropolitana -Zapopan (dos veces) y Guadalajara-, el personaje más “popular” de Movimiento Ciudadano y ufanarse de ser el único candidato con el que este partido gana la elección de junio próximo, aventaja a su más cercana adversaria -Claudia Delgadillo-, a casi cuatro meses de la jornada electoral, con apenas… ¡ocho puntos!

Ocho puntos de ventaja ante quien en esos casi nueve años que él estuvo al frente de dos Ayuntamientos -eso de que gobernó es cuestionable-, no fue alcaldesa de ningún municipio metropolitano o de algún otro lugar, no diputada local ni coordinadora de bancada en el Congreso o en la Cámara de Diputados, no tuvo la exposición mediática que aquél, no recurrió a frivolidades o payasadas en las redes sociales para llamar la atención o hacerse notar y tampoco tuvo el “padrinazgo” del dirigente nacional de su partido, la verdad no es para presumir ni mucho menos para festinar.

Pero Jesús Pablo lo hizo seguramente para creerse él mismo aquello de: “¡Ánimo!”; para que su equipo de campaña no se le venga abajo; para hacer creer a sus posibles o potenciales patrocinadores de que apostándole a él ganan -y luego se “ponen a mano”, ya en el gobierno-; y para engañar a la ciudadanía pretendiéndola hacer creer que él es garantía de “buen gobierno”. Hay que preguntarle a los zapopanos y tapatíos que están a la espera de que cumpla sus compromisos.

Pero, además, hay otro punto importante y revelador en esta encuesta que no debe perderse de vista y que habla de la realidad que no quiere ver Jesús Pablo: El 38% de los domicilios visitados rechazó responderla. Casi cuatro de cada diez domicilios visitados en 27 municipios dieron el “portazo” a los encuestadores. Eso, dicen los expertos en estas lides, no es cosa menor.

Sobre la encuesta, Lemus Navarro escribió en sus redes sociales: “La encuesta que hoy publica Grupo Reforma nos da un mensaje claro: Jalisco se cuece aparte….”.

Y luego de reunirse con sus colegas de la Cámara de Comercio volvió a escribir: “Aproveché la ocasión para comentarles que las encuestas nos ponen al frente, y destacamos nuestro crecimiento en el interior del Estado durante la precampaña, porque en el AMG la gente ya nos conoce y sabe que somos un movimiento de identidad que da resultados y que no está dividido…”.

Este útimo párrafo refleja la desesperación y preocupación de Lemus ante el verdadero escenario que enfrenta y que está muy lejos de ser el que pretende hacernos creer, al grado de tener que mentir y “construir sus castillos en el aire” creyendo que los jaliscienses son ingenuos, porque afirmar que tuvo “crecimiento en el interior del Estado durante la precampaña” es una falsedad frente a los hechos y los dichos de no pocos emecistas que lo acompañaron en esa gira para conocer más allá de Paseo Alcalde. ¿O por qué será que durante esa precampaña fue incapaz de convocar al número de ciudadanos que, ya sin él presente, convocaron Alberto Esquer y Mirza Flores como aspirantes al Senado, en muchos municipios que visitó y apenas conoció?

Sí, es cierto que “en el AMG la gente ya nos conoce…”. ¿Será por eso que no se atrevió a abrir o cerrar su precampaña en el área metropolitana de Guadalajara? ¿Cuál habrá sido su miedo?

Pero lo peor vino con lo que cerró su texto: “Sabe (la gente) que somos un movimiento de identidad (…) que no está dividido”. A confesión de parte, relevo de pruebas…

Jesús Pablo Lemus Navarro sabe que el emecismo no ha cerrado filas en torno suyo; sabe que verdaderos militantes se sienten ignorados y menospreciados por él y por su equipo, y que muchos otros no confían en él porque no tiene palabra de honor, pues en 2015, 2018 y 2021 no cumplió con los compromisos que adquirió en sus campañas para poder ganar, y que cuando llegó al poder simplemente desconoció dichos compromisos; sabe que el Grupo Jalisco en MC no está con él y que la no intervención del aparato gubernamental en su campaña lo debilitará, pues tampoco le tiene confianza; sabe que le “pesará” la ausencia del gobernador Enrique Alfaro; sabe que en nada le ayudará la débil candidatura presidencial de Jorge Álvarez Máynez, quien incluso no se atreve a venir abierta y públicamente a Jalisco, sino que lo tuvo que hacer a escondidas y de madrugada…

Aclarar, decir, subrayar, precisar que el movimiento “no está dividido”, seguramente provocó risas y carcajadas al interior de Movimiento Ciudadano.

Sin duda, como se las aplicó a Clemente, Alberto, Salvador y Verónica, no será la primera vez que “encargue” encuestas y luego salga a festejar el resultado “favorable”. Pero los ciudadanos, y particularmente los emecistas, ya lo conocen. ¿O acaso la hoy diputada de MC, María Elena Limón García, no lo calificó de ser “un reverendo mentiroso”, como quedó registrado en todos los medios de comunicación?