¿Para qué le va a alcanzar a Salvador Caro Cabrera haber llegado a Morena con su equipo “Guadalajara para todas y todos? Eso no lo sabe ni él mismo. Ya lo referimos, él reveló que llegó sin condicionar su apoyo a cambio de algo, pero acepta y todos sabemos que su gran aspiración es ser candidato a presidente municipal de Guadalajara. Pronto sabremos cuál será su futuro dentro de la coalición Sigamos Haciendo Historia.

Mientras tanto, abundamos en la entrevista que concedió a MarcatextosTV en la que reveló que luego de que Enrique Alfaro anunció su retiro de la política y quién sería el candidato a sucederlo (…), se empezó a ver que el equipo que integró Enrique transitaba a otras manos que no tenían que ver con la capacidad, con la habilidad política, y yo ya no me vi haciendo actividades para atender a la gente desde esa plataforma”.

A partir de ese momento, refirió Caro, “empezamos a sufrir un proceso de exclusión”, “el equipo sufrió desprecio, marginación, falta de diálogo, falta de capacitación política”.

¿Qué les ofrecían?

-Que yo solicitara el cargo al que aspiraba, pero nada más yo.

Caro Cabrera observa la descomposición de Movimiento Ciudadano en tres señales: Primero, el conflicto entre el estado y la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano; segundo, la postulación de un perfil a la presidencia de la República (Jorge Álvarez Máynez) que no cubre las expectativas de lo que los jaliscienses buscábamos en un presidente de la República; y, tercero, que Movimiento Ciudadano se hizo elitista. “Es un pequeño grupito, que no le entiende a la política, el que está tomando las decisiones y que tienen un desastre a lo largo y a lo ancho del estado. Tengo el teléfono y el whats app lleno de mensajes de amigos que se sientes ninguneados y quieren saber cómo pueden continuar su trayectoria política y participación en el sector público”

¿Quiénes son los que toman esas decisiones? ¿Estamos hablando del candidato a la gubernatura y su equipo?

-Hablamos de que en Movimiento Ciudadano no están tomando las decisiones personas con autoridad que le entiendan a la política…

Si no fueras candidato a la alcaldía de Guadalajara, ¿aceptarías una diputación?

-Voy a aceptar lo que decida el partido Morena y voy a ayudar a Claudia Sheinbaum en todo lo que esté a mi alcance. Es un proyecto que me entusiasma.

¿Cómo quedó tu relación con el gobernador Enrique Alfaro?

-Él decía que no le avisé. Tuvimos dos pláticas: una en septiembre y otra a principios de noviembre donde le manifesté mis inquietudes respecto a la política estatal. En la primera (septiembre), le comenté la necesidad de respaldar a mi equipo y mis desacuerdos con posibles decisiones que se tomarían. Después de esto me reuní con él y le dije claramente que yo terminaba mi relación con Movimiento Ciudadano y que iba a buscar y construir los espacios e ir a donde hubiera la posibilidad de un desarrollo político de influir, de participar y de hacer valer mis puntos de vista”.

Por ahí dijo el gobernador que no había compadre que no fuera “dañero”.

-Yo creo que lo estaba haciendo como un acto de contrición; y más que en mí, estaba pensando en él.